La conexión entre
la alegría y el aprendizaje
Recuerdo el sentimiento de
confianza y el sentimiento de independencia cuando llevaba el sobre manila (solo para documentos importantes) de nuestro salón de clases a la oficina principal para hacer una entrega de mi maestro de cuarto grado a la secretaria de la escuela. Y fue una gran sensación que recuerdo claramente hasta el día de hoy, cuarenta años después. “Mi maestra confía en mí”.
De ese pensamiento extrapolé que debo ser una alumna responsable. Entonces me sentí segura de que soy inteligente y capaz. También, mientras caminaba sola por el pasillo con mi tarea en la mano, sentí pura alegría de ser una estudiante en la escuela. ¿Puedes recordar una experiencia similar cuando tuviste un sentimiento de verdadera felicidad por estar en la escuela? ¿Cómo sería si esa experiencia fuera la norma y no la excepción?
Durante más de 25 años en educación, he utilizado un enfoque científico para observar a los niños, desde el jardín de infantes hasta el bachillerato, para estudiar lo que pueden aprender y, lo que es más importante, cómo aprenden.
He observado que los niños que se sienten contentos con su entorno, dentro de un entorno escolar y de aula atractivo y entre una comunidad de compañeros y adultos quienes son más como guías que autoridades, desarrollan de una manera confiable un conocimiento profundo, una comprensión amplia y, además, una fuerte confianza en sí mismos. Son niños y jóvenes felices que también, por cierto, sobresalen
excepcionalmente bien
académicamente.