Ahora que celebramos el Mes de la Herencia Latin@, me enorgullece reconocer mi herencia latina y los sacrificios que hicieron mi madre y sus padres para que yo pueda ser un “ciudadano estadounidense”.
Mi madre nació en Cuba y vino a los Estados Unidos cuando un tío le pidió a mi abuelo, su esposa y sus hijos. Entraron legalmente a través de una petición familiar, pero eso no los hace mejores que otros inmigrantes que se ven obligados a venir ilegalmente. Son grandes personas que se convirtieron en ciudadanos porque contribuyeron a nuestra sociedad aquí en los Estados Unidos. No eran delincuentes ni abusadores, y trabajaban duro y criaban familias. Un tío sirvió en Vietnam, una pareja de tíos eran policía en la ciudad de Nueva York.
Todos aman o amaron a este país y nunca quisieron volver a Cuba, aunque pudieran. Si mi familia puede enseñar algo a otros latinos, es el hecho de que es importante convertirse en ciudadano estadounidense para poder opinar sobre el destino de su familia en nuestra gran nación.