Quién no ha jugado alguna vez a Jenga. Es un juego que de chicos y grandes nos atrae. Remover cada pieza sin que se desmorone la torre. Lo jugamos con la morbosidad de saber que eventualmente si seguimos sacando…, la torre se viene abajo.
¿Ahora bien, por qué nos cuesta comprender que nuestro planeta Tierra es nuestra torre habitacional y que cada uno de nosotros jugamos Jenga con nuestra casa? Alteramos el balance de la vida a diario y esto trae consecuencias. El planeta es resiliente como la torre de Jenga, pero el final es el mismo si seguimos jugando.
El ser humano es el único ser viviente capaz de serruchar la rama en la que
está sentado/a.
Por / By Enrique Rob Lunski Ph.D.
President GET . e360 . ABClatino
Jenga y nuestra existencia