A SANGRE FRIA | Page 188

misteriosamente de las sombras de los bosques, dijo al tribunal que el acusado había vivido con él más de dos años. -Perry era un muchacho simpático, querido en toda la vecindad; que yo sepa, no hizo nunca nada que no estuviera bien. El fiscal le interrumpió aquí y también interrumpió a Cullivan cuando dijo: -En el tiempo en que tuve ocasión de tratarle, en el ejército, Perry fue siempre un muchacho muy simpático. El reverendo Post sobrevivió algo más porque no intentó alabar al acusado, sino que describió de modo benevolente su encuentro en Lansing. -Conocí a Perry Smith cuando vino a mi despacho, en la capilla de la penitenciaría con un dibujo a pastel hecho por él, representando la cabeza y los hombros de Jesucristo. Quería regalármelo para la capilla. Desde entonces está en la pared de mi despacho. Fleming dijo: -¿Tiene usted alguna fotografía de ese cuadro? El ministro tenía un sobre lleno pero cuando las sacó evidentemente para distribuirlas entre los jurados, un Logan Green exasperado se puso en pie de un salto. -Con el permiso de Su Señoría, creo que la cosa ha llegado demasiado lejos... Su Señoría hizo que la cosa quedase allí. Entonces se requirió la presencia del doctor Jones y después de los preliminares que habían acompañado su primera declaración, Fleming le hizo la pregunta crucial: -A partir de sus conversaciones y examen, ¿sabe usted si Perry Smith distinguía el bien del mal cuando tuvo lugar la ofensa que se discute en este juicio? Y una vez más, el tribunal advirtió al testigo: -Conteste sí o no. ¿Lo sabe usted? -No. Entre murmullos de sorpresa, Fleming, sorprendido también, dijo: -¿Puede explicar al jurado por qué no lo sabe? Green objetó: -El hombre no lo sabe y basta. Lo que era cierto, legalmente hablando. Pero si al doctor Jones le hubieran permitido explicar la causa de su indecisión, hubiera declarado: -Perry Smith presenta síntomas indiscutibles de una grave enfermedad mental. Su infancia, que él me relató y que yo verifiqué con los informes del archivo de la penitenciaría, se caracterizó por la brutalidad e indiferencia de ambos progenitores. A lo que parece, ha crecido sin orientación, sin amor y sin asimilar nunca un sentido claro de los valores morales... Capta con hipersensibilidad todo lo que sucede a su alrededor y no presenta síntoma alguno de confusión. De inteligencia superior a la media, posee una buena cantidad de información, considerando la escasa educación recibida... En los rasgos de su personalidad, destacan dos claramente patológicos. El primero es su «paranoica» orientación hacia el mundo externo: es receloso y desconfiado, tiende a creer que los demás lo discriminan, que no son justos con él y que no lo comprenden. Hipersensible a las críticas, no puede soportar que se burlen de él. Capta inmediatamente el desprecio o la ofensa y con frecuencia interpreta mal palabras bienintencionadas. Siente que necesita amistad y comprensión pero se resiste a confiar en los demás y cuando lo hace espera ser mal interpretado o incluso traicionado. Al 188