A Pablo Pizzurno
Tu venerable cabeza
Que peinaba nobles canas
Al entrar por las mañanas
Al aula de tus amores,
Como un rocío de flores
Vertía luz en las almas.
Alto, de porte gallardo
Bondadoso en el mirar
Y en la manera ejemplar
De comprender a los niños,
Les brindabas tu cariño
Lleno de fe paternal.
Hoy la parca despiadada
Puso un silencio en tu acción
Y los que en vida, varón,
Lloran tu ausencia sentida
Te erigirán mientras v