A Pablo Antonio Pizzurno. | Page 15

Pablo A Pizzurno La vida fue su mar: nave gigante La escuela; timonel, su alma sencilla, y el niño, esa suprema maravilla, Lo hizo luchador perseverante. ¡Maestro y soñador! Su palpitante Palabra tiene vuelos de avecilla. Y su fe es una lámpara que brilla Y su idea una chispa fulgurante. Guió destinos, forjó espíritus llenos De inquietud y saber, y en los serenos Embotes del vivir, brindó cariños; Tan sólo a la bondad pudo acogerla, Y engarzó el corazón como una perla En el oro del alma de los niños. Félix B. Visillac. Gualeguaychú marzo – 26 - 1940