La potencia la entrega de manera mucho más contínua, existe el lag pero si no te lo cuentan ni te das cuenta. Activamos el launch control y ya estamos perdidos. Esa sensación de ser catapultado es mágica, pruébala, igual ya no te bajas del coche.
En carretera este Turbo demuestra que sigue siendo el Rey, la referencia como dice Porsche, activado el Sport Plus transformamos el coche y nos dirigimos a probar ese paso por curva, algo que siempre estamos deseando. Apuntamos bien al vértice de salida y aceleramos hasta lo que creemos prudente, y ese no es el límite, la dirección no pude ser más fina, un atisbo de Drag Car justo al entregar toda esa potencia y sales de la curva con una sonrisa. Lo intentamos en la siguiente con algo más de carácter ahora sabemos que ese plus de gas se convierte en adrenalina por un instante. Sin soltar gas salimos de esta segunda curva casi sin movernos, como un tren bien encarrilado. Si de algo tienen que estar contentos estos ingenieros de Porsche es por esa efectividad que muestra en casi todo tipo de curvas. Enlazamos una tras otra y cada vez la sonrisa se vuelve más carcajada..., diversión de la de verdad, de esas sin colas en las montañas rusas. El límite esta vez no lo marca el coche, es muy muy permisivo con nuestra conducción.
No es un coche que asuste como antes, conducirlo es mucho más fácil de lo que nos podamos imaginar en condiciones normales, si queremos entrar en pista es un coche que te quitará el hipo, puedes trazar en circuitos adelantando a buenos pilotos que luchan en cada curva y tú mientras podrás ir escuchando música tranquilamente...
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