Tampoco es fácil acceder para un piloto algo torpe o con exceso de peso aunque tiene la ventaja que podemos quitar el volante. Eso además puede valer de antirrobo pues quién se llevaría un coche sin volante.
Entonces a quién o para qué le puede interesar este coche tan atípico. Pues bien, básicamente es un coche diseñado para hacer track-days con un coste de mantenimiento relativamente asumible y es que el truco de esta premisa la tiene siempre el peso. Todos sabemos que cuanto más ligero es un coche tenemos menos desgaste de ruedas, frenos y todo aquello que nos cuesta mucha pasta cuando hacemos circuito con coches que superan ampliamente los mil kilos. Este coche tan solo pesa 790 kilos, al menos la mitad de lo que pesa un coche deportivo descapotable y eso es mucho peso. Por ese motivo el KTM acelera de cero a cien nada menos que en 3,9 segundos. Si a eso le sumamos que las inercias en el paso por curva son mucho menores también por el peso y además tiene el efecto suelo por su increíble diseño muy elaborado por los ingenieros, estamos ante una auténtica máquina de correr en circuito.
Otro tema que nos sorprendió en el circuito fue la frenada, más que impresionante y eso vuelve a ser lógico por el tema del peso. Cuenta con unos frenos de la prestigiosa marca Brembo, montando discos de 305 mm. de diámetro en la parte delantera y 262 mm. en la trasera.
Al final la cara fibra de carbono que gasta la carrocería de este KTM tan solo pesa 75 kilos, esto se traduce en un importante ahorro a la hora de exprimir el coche en circuitos.
El motor que llevaba la unidad que probamos es de tan solo 4 cilindros y 1.984 c.c. vitaminados con el sistema turbo lo que le permite conseguir 241 caballos de potencia a 5.500 rpm. El ruido del motor es quizás demasiado bajo como el de cualquier utilitario y en un deportivo eso a veces no queda bien. Es cierto que en muchos circuitos el tema del ruido es más un impedimento que una ventaja pero entre el sonido de un fórmula 1 el sonido de un utilitario, …