la cuestión. Si te atreverías con una historia parecida, tendrías que buscar un 911 del 76 y dejarlo vacío de cosas pero lleno de ideas.
Bisimoto puso todo su empeño y un arsenal de tecnología en este 911. Lo primero embutir en sentido literal de la palabra ese M96 de 3.4 Litros en un 930 de la época. Quizás lo que menos importe sea el motor, le acompaña una caja de cambios manual de 6 velocidades de la serie 997 totalmente modificada. En todo momento estamos hablando de un coche con un cuenta vueltas que marca las 11.000 rpm, nos imaginamos que al venir del mundo V-Tech esas cosas le impresionaran bastante menos que ha nosotros.
Pero para llegar a esa cifra de cv y rpm tenemos que estar bien seguros que el resto de cosas acompañan los números.
Turbos que no dejan lag ninguno regulados por una válvula Godzilla de Turbotecnics y dos RG-45, que genran un sonido abrumador y una aceleración brutal. Inyectores de 1000cc (Bisimoto Werks) con una precisión total y comandado por una electrónica de AEM EMS y ECU de la casa. Suspensión Eibach-Bisimoto, una de esas colaboraciones que nos ponen los dientes largos al igual que otras casas que colaboran en el proyecto como son Falken o esa maravilla de pintura que denominan Bisimoto Electric Blue, ...
Hay que saber bien lo que se hace para poder fabricar un coche de esta manera y que encima sea bastante utilizable a la hora de conducirlo. Así lo expresan algunos periodistas que lo probaron y así nos lo explica Bisi.
¿Un 930? No creemos que sea esa la idea inicial, más bien es un 930.000, eso sí.