Con esto intento explicar que el coche prototipo es un “sueño”, sueño de creador y no por ello mandaremos el museo de Stuttgart o el de Leipzing a un segundo plano, simplemente se trata de cosas muy distintas.
Lo primero que piensas al ver el gigantesco edificio es las horas que te pasarás allí dentro, pero esas medidas exteriores son engañosas, alejadas de la realidad ya que una vez dentro la exposición tan solo ocupa una planta, reservando el resto para exposiciones temporales y aún siendo solo una planta créeme si te digo que hay más que suficiente para apabullar tus retinas con miles de imágenes.
Llegados a la entrada y habiendo subido unas escaleras nos encontramos con la tienda , paso obligado para hacer el “check-in”, cientos de maquetas de la marca Porsche, lo más exclusivas y bien escogidas te dan una pista de lo que nos encontraremos dentro, sumemos también libros con millones de referencias a la casa de Stuttgart, y el consabido merchandaising como pegatinas, llaveros y demás cositas hacen de esto una buena parada para freaks de la marca, incluyéndome a mí … como no!.
Ya tan solo quedan unos pasos, y os aseguro que la primera impresión es muy buena, como en casi todos los sitios donde hay grandes coches en exposición. La primera visión es brutal, sin fijar la mirada en ningún punto, casi con la mirada perdida, nos asaltan mil referencias a modo de faros, emblemas, fotos..., tantas cosas que a simple vista se hacen familiares.
No tardo en ponerme a investigar, una sombra negra brilla a mi derecha, un TYP 64 /VW 60 K10 “ Berlin-Rom-Wagen” en un estado perfecto, incluso mayor que los coches de -concurso-. Parece que lo acaban de sacar de una caja de Kyosho, impoluto, con una línea más que de sobra conocida pero con una figura realmente avanzada a su tiempo. Podemos tocarlo, pasear a su lado mientras observamos vitrinas especiales dedicadas al coche, mi primeras sorpresas fue al ver piezas los primeros ventiladores utilizados por Ferdinand en 1938, o algunos de los contratos de Otto Mathé con Porsche. Después pude comprobar que esa era la tónica a seguir en todo el museo ya que Otto es uno de los principales protagonistas.