8va Edición Revista Summa Coaching 8va edición | Page 37
Cuando Las fuerzas de la naturaleza me arrebata-
ron la luz de mis ojos en un accidente de tránsito,
comprendí con el tiempo que se iba a encender un
faro para vislumbrar más allá de lo que el ojo físico
alcanza a ver, las personas más hermosas no tienen
que ser precisamente los predicadores que evolu-
cionaron la esclavitud a cultura fitness, ser fitness
no es ser una persona maravillosa, pero ser mara-
villoso si hace que te vean , quieran y se enamoren
de ti ¿o cuando sales con alguien, tu corazón posa
sus sentimientos en el título académico?.
Es mejor tener una pareja encantadora que un bue-
na amante, porque es más fácil enseñar el kamasu-
tra que volver a alguien interesante, enriquecer el
ser hace que los ojos físicos te vean más hermoso
de lo que eres por fuera y afirmo que el hombre no
puede ver el amor a menos que tenga el coraje de
cerrar los ojos y desprenderse de la materia.
Si no te gusta como ves físicamente una persona
por que tiene una falencia motriz, cognitiva o sen-
sorial, lleva en automático y observa tu observa-
dor, a lo mejor es el reflejo de la discapacidad que
habita en tu ser.
Los diferentes impedimentos son reflejos de tu ser
y en el trasegar de la vida nos pasamos discrimi-
nando personas con el juez interno que dice desde
su cultura no te acepto, porque estas en situación
de discapacidad, eres fea, no tienes mis mismos
hábitos o simplemente por la imagen, como luce el
otro; si nos regalamos la oportunidad de escuchar
con generosidad dejando a un lado el vehículo que
permite ese reconocimiento físico y no desde el
parecer, encuentras historias de vida y personajes
fantásticos que interpretan la vida desde la otra
verdad que no se parece a la tuya.
En realidad, la discapacidad debería ser tratada
como parte intrínseca de la propia vida, simple-
mente por el hecho de que todo ser humano que
habita en la tierra tiene su defecto, algunos los lle-
van físicos, otros cargan con los internos; estos son
las discapacidades más graves por que no se solu-
cionan desde la ciencia, solo con amor y paciencia.