a Guayaquil parecían que sostenían la eternidad .
La lluvia caía como un llanto mientras la tarde se disuelve en el crepúsculo para transcurrir .
El problema era ver en las verdades aparentes de la existencia , las posibilidades de resolver la vida misma .
Talvez comprendió que el secreto de cada acción , es la constante manifestación del espíritu humano .
José Joaquín de Olmedo bronce situado en la Columna de los Próceres Autor Agustín Querol .