65LA CIUDAD DE LAS CASAS DE MADERA_1 | Page 106

Recuerdo que , dando esta explicación en una clase , un joven le dijo a otro casi inaudiblemente “ allí empezó el relajo …”
Una vez más , nadie puede bañarse dos veces en las mismas aguas del río …
El barco tomaba entre dos meses en cruzar el Atlántico , con las debidas escalas . Cada uno viajaba con sus propios sueños .
Traía libros en francés , entre los cuales estaban las obras de Voltaire y todo el iluminismo de la revolución de 1789 .
Entre recuerdo y recuerdo se acordaba de toda la vivencia con su maestro . El nivel humano abre la posibilidad de “ recordarse a sí mismo …”.
Mas , la vida nos arrastra en un torbellino de imágenes que nos olvidamos de acordarnos que debemos recordarnos de nosotros mismos … y entonces el sueño individual y colectivo impregna toda la vida social .
Es posible elevarnos de ese estado por medio del recuerdo de nuestra naturaleza auténtica , libre e infinita … es posible .
Antepara pensaba en un continente de paz unido por la cultura .
Bolívar pensaba en un continente unido militarmente por la política . Así pa-
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José de Antepara