Brescia , 29 de diciembre 1935
Querido Kandinsky,
he nacido bajo una buena estrella, el
destino decidió que pasáramos el verano de 1935 en el
mismo pequeño hotel en Forte dei Marmi , fue el inicio de
una amistad que será permanente, compré aquel cuadro
que hiciste en tu estancia en Italia titulado "Movimiento 1".
Aun no te he hablado de la aventura que pasé con este
cuadro. No cabía en mi coche y lo tuve que cargar en un
camión que trasportaba mármol a Verona. Llegó bien a
pesar de todo. Le he puesto un marco del siglo XV que
mide exactamente 116x89, es grande y pesado pero perfecto para el cuadro. Sin embargo el propósito de esta
carta es para decirte que un comerciante alemán, un viejo
conocido, me ha ofrecido una serie de cuadros, entre ellos
algunos tuyos y a muy buen precio. Tú ya me contaste que
por orden de Hitler numerosas obras de pintores modernos
habían sido sacadas de los museos y quemadas en las
calles ya que se consideraban "arte degenerado". Tal vez
estas obras que me ofrecen se hayan salvado de esta locura. Así ahora tengo en mi colección ocho de tus pinturas,
quince acuarelas y témperas que tu dabas por perdidas y
ahora están en nuevas manos. Me contaste que tuviste
que huir de Alemania y exiliarte en Francia, y tu situación
financiera es precaria. Pronto verás cómo tus colegas descubrirán tu ingenio e inventiva. En el lote de obras que he
adquirido también hay piezas de Duchamp, Ernst, Klee,
Mondrian (seis acuarelas extraordinarias), Malevitch y
otros. Te informo también que en la primavera te haremos
una visita en Neuilly. Me gustaría ver a Christian Zervos,
que ha prometido hacer un artículo sobre mí en «Cahiers
d' Art». Lisetta me ha pedido que te envíe recuerdos
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y también para nuestra querida Nina. Adiós.