Brescia, 18 de octubre 1927
Querido Miró,
hace más de un año que tengo delante tu cuadro «Personaje que lanza una piedra a un
pájaro» Literalmente me ha embrujado. Tanto es así
que he hecho mi propia versión. Como puedes ver en la
foto que acompaña esta carta, he insertado mi propia
cara sonriente en ella. Lo he pintado sobre madera, y la
pierna está cortada de una hoja de plexiglás de color
rojizo-anaranjado. Tu pintura es muy querida para mí,
porque es un regalo tuyo como recompensa por mi colaboración en la ejecución del telón y la escenografía de
Romeo y Julieta. En tu última carta me invitas a la inauguración del nuevo apartamento en la rue Tourlaque en
Montparnasse junto con nuestros amigos Ernst, Arp,
Magritte, Eluard y otros miembros del grupo surrealista.
Lamentablemente no podré estar ya que todavía me
estoy recuperando de las golpes y contusiones que recibí en la inauguración de los ballets rusos de Diaghilev.
Si no hubiera sido rescatado por la policía me habría
costado la vida. Cuando me desperté por la mañana en
el hospital, estaba junto a Eluard, los dos llenos de dolor
y envueltos en vendas. Juré que nunca volvería a participar en los turbulentos acontecimientos surrealistas. La
noche en el teatro de Sarah Bernhard es uno de los
recuerdos más dramáticos de mi larga aventura artística. Un saludo para ti y Pilar y para todos mis amigos,
Adiós
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