Brescia, 12 de febrero 1908
Querido Picasso,
he estado en Venecia. Fue bastante
tedioso encontrar al anticuario, tus instrucciones no eran
muy precisas, solo he encontrado cinco esculturas de
arte africano. Dos cabezas eran similares a las que vi
en tu atelier. En otro sitio he encontrado alguna cosa
que creo te puede interesar para tus investigaciones, te
lo llevaré pronto, pero no antes de diez días. Mientras
tanto te pido que saques del bastidor el cuadro que te
compré porque he decidido llevármelo enrollado a Italia.
Te tengo que decir que no me gusta el título de "Le Bordel d'Avignon", quedaría mucho mejor el que te propuse
"Les Demoiselles d' Avignon" y por favor no toques más
el lienzo, me gusta la forma que tiene ahora, pensar en
ella nada más que como un esbozo. Aunque me dices
que no estás satisfecho con esta versión, insisto que
será un éxito, será una obra que va a determinar gran
parte de la evolución del arte moderno. He encontrado
en una carpeta uno de tus dibujos y una nota que dice
que es un regalo "para el simpático pintor italiano". Muchas gracias. El día que pasamos juntos fue inolvidable.
Te aseguro que el encuentro fortuito que tuvimos en la
calle con Rouseau el Aduanero fue muy desconcertante. La ruptura de su matrimonio con Leonia debe haberle hecho sufrir mucho. Personalmente me gusta tanto él
como su obra. Creo que no es justo que te diviertas a su
costa. La broma de la visita de unos falsos ministros a
su taller fue cruel. El hecho que duerma vestido me
conmueve. "Cuando me despierto puedo saludar a mis
cuadros" me contó ingenuamente. Le prometí ir a visitarlo. Hazme el favor de avisar a Apollinaire de mi llegada, necesito su ayuda. Hasta muy pronto. Buen trabajo.
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Un cariñoso saludo