Brescia , 27 de agosto 1897
Querido Renoir,
has querido enviarme tu obra «El
columpio» como un regalo, ya sabes que es una de mis
favoritas. Has sido tan amable, no deberías haberte
molestado. Era mi deber intervenir en la resolución del
problema de nuestro amigo Caillebotte, cuatro años
para hacer frente a un sinfín trabas burocráticas.
¿Cómo es posible que el Estado ponga tantos problemas para aceptar el legado de la colección de nuestro
generoso amigo? Las batallas que he tenido de librar
como albacea legal son de sobra conocidas. Pero lo
más desconcertante es que Estado ha aceptado la colección, pero solo en parte, excluyendo sobre todo a
Cézanne. Caillebotte fue el primer mecenas y coleccionista de los impresionistas y gracias a él yo entré a formar parte del grupo y adquirió mis mejores obras. La
colección será relegada a cualquier almacén, pero llegará un día que serán reconocidos como grandes
maestros. Estoy orgulloso de haber pertenecido a uno
de los más prestigiosos movimientos artísticos que el
mundo ha visto jamás. Te prometo que tan pronto me
sea posible iré a Essoyes para pasar unos días de reposo en tu hospitalaria casa. A propósito ¿cómo va tu brazo roto?. Un saludo cariñoso.
43