Brescia, 6 de febrero 1893
Querido Paul
nunca seremos capaces de olvidar tu amistad y su exquisita hospitalidad. Lisetta me ha pedido
que te envíe saludos para Hortense y por supuesto para
ti también con mucho afecto. Ayer te envié una obra
mía a cambio de la que me regalaste, te envío una foto
en color tal como me pediste. Pero no he podido encontrar la medicina que necesitas para la diabetes, tendrás
que esperar unos días más. Nuestras conversaciones y
tu extraordinaria obra me han ayudado a aclarar algunos puntos oscuros sobre mi propia pintura. Tu obstinación es muy similar a la mía. Una vez me dijiste que te
negaste a asistir al funeral de tu madre para no perder
una mañana de trabajo. Pero no te había dicho que
durante la guerra me levantaba cada mañana a las cinco para pintar una naturaleza muerta, poniendo en riesgo mi vida a causa de los bombardeos. Todas las casas
del vecindario fueron destruidas y muchas personas
murieron, pero yo seguí pintando mi naturaleza muerta
a pesar de todo. Si vienes a Brescia, tal como me prometiste, podrás ver mi trabajo. Quiero que conozcas a
mis amigos pintores Van Gogh y Gauguin, ellos ya conocen tu obra y están entusiasmados con ella. Espero
tus noticias. Con nuestro agradecimiento y un afectuoso
saludo
39