Brescia, 12 de agosto 1516
Querido Rafael,
hace ya casi dos años que espero mi retrato y mientras tanto ya has realizado los
de Giuliano de Medici y el cardenal Bibbiena, sabiendo que yo te lo encargué mucho antes que
ellos. Recordarás el día que estuvimos en los aposentos del Papa León X, fui yo quien te propuso la
idea de hacerme un retrato y tú aceptaste de buen
grado. Estimado Rafael, las promesas se deben
cumplir. Entiendo muy bien que después de tu
nombramiento como arquitecto para las nuevas
construcciones de la iglesia de San Pedro tus ocupaciones se han multiplicado, pero no quiero que
esto impida la realización de mi retrato que es lo
que deseo más que cualquier cosa en el mundo.
Como probablemente sepas "El matrimonio de la
Virgen" está ahora en mi posesión. El pobre Prior
de San Francisco está terriblemente endeudado y
sabiamente decidió recurrir a mí seguro que no
dudaría ni un solo momento en decidirme a comprar esta obra maestra. No tienes que preocuparte
por esto, ahora está en buenas manos. Ya te informaré del día de mi llegada. Mientras tanto los mejores deseos con respeto y amistad.
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