Soy la condesa
de la boca de fresa.
A mi marido el conde
le gusta el monte.
Mis cinco hijos
son muy pijos.
A Mayor y a María,
les persigue la policía.
Alfonso y Urraca
ordeñan a la vaca.
Y Fernando
se pasa el día estudiando.
Antes de mí
Valladolid feo era,
y ahora que estoy aquí
le encanta a cualquiera.
Desde que lo reformé
todos lo quieren ver
pues la más bonita
ha llegado a ser.
He hecho hospitales,
puentes y catedrales
que han ayudado a todos
a superar sus males.
Y gracias a mi reconstrucción
los vallisoletanos
viven sin preocupación.