Desde Auckland, Nueva Zelanda
Voy a cumplir tres años desde que lo dejé, pero todavía Los Nogales
sigue siendo mi colegio y mis niños son los de allá.
M
e emociona mucho ser considerada
parte de la historia de Los Nogales y
poder unirme a la celebración de los
25 años con estas líneas. Voy a cumplir tres años
desde que lo dejé, pero todavía Los Nogales si-
gue siendo mi colegio y mis niños son los de allá.
Los Nogales siempre será la casa a la que vuelva
apenas aterrice en Bogotá, la institución que ha
marcado quien soy como profesional y que me
inspira en términos pedagógicos y humanos.
De los 25 años, tuve la fortuna de pasar casi
15 en distintos roles. Mi infancia como profeso-
ra la viví del año 87 al 90 cuando el Colegio es-
taba todavía en Provenza. En esas felices épocas
de ser profesora de inglés de 4° de la promoción
95, los profesores trabajábamos en un establo,
hacíamos dittos de colores, aprendíamos a ense-
ñar matemáticas con Magú, nos burlábamos de
nosotros mismos en representaciones dirigidas
por Pepita, llevábamos lonchera en canastos de
colores y, sobre todo, íbamos a taller con la temi-
da Claudia Ordóñez. Mientras tanto los niños
llevaban uniformes coloridos, jugaban pirañas
en los recreos, bailaban en Colombia en los Noga-
les, hacían teatro en frente de la capilla, y oían a
las Flans.
Después de cuatro años por fuera, volví a la
Coordinación de Inglés en el año 94 cuando el
Colegio ya estaba en la nueva sede. El crecimien-
to de los siguientes 10 años de adolescencia fue
enorme para todos. Al ritmo de los edificios, yo
pasé de puesto en puesto hasta la Vice-rectoría.
Todos seguimos en talleres, reflexionamos sobre
aprender a aprender, importamos profesores ex-
tranjeros, combatimos a favor de las poco popu-
lares medidas de “no al alcohol”, creamos un
código de honor, lideramos la Asociación Alian-
za Educativa. Las promociones, una tras otra,
nos han llenado de orgullo. Tuve el privilegio de
compartir con muchas generaciones y conocer
de cerca a otros tantos en las aventuras de las
caminatas, los sábados en el servicio social, las
fiestas, las presentaciones artísticas y musicales,
la banda, los consejos estudiantiles, los innume-
rables triunfos deportivos, las clases y uno que
otro regaño.
Han sido 25 años de aprendizaje y crecimien-
to. Espero que sigan muchos más de seguir con-
solidando la lúcida visión de los fundadores de
los Nogales y la admirable dirección de Luisa
desde la rectoría. Han creado, más que unos edi-
ficios imponentes, un colegio único para genera-
ciones de colombianos que hoy en día gozan del
privilegio de lo mejor en educación escolar con
la condición y el compromiso de que usen esa
formación de manera responsable y honesta.
Para mí fue un verdadero privilegio haber creci-
do con el Colegio Los Nogales.
Constanza Tolosa
// Profesora y Coordinadora de Inglés
1987-1990
1994-2004
Colegio Los Nogales |
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