2015 Spanish | Page 11

Nuestros Niños Ahora con los jóvenes peruanos. Me sentí lleno de energía cuando vi a estos jovencitos. Ellos estaban usando ropa gastada, pero podía sentir la pasión que tenían al alabar al Señor. Nuestra siguiente misión era construir el baño para una iglesia. Para instalar el techo, tuvimos que conectar cables de hierro sentados en la parte superior de unos tablones de madera estrechos y nuestras piernas colgaban en el aire. Parecíamos pájaros sentados en cables. Después de sacos de cemento, arena, piedras en movimiento, y verter la mezcla de cemento en el molde con nuestras propias manos, realmente parecíamos trabajadores de construcción. Eramos trabajadores de Jesús pero ahí nos convertimos en realidad en trabajadores. Disfruté de las conversaciones con los miembros de nuestro grupo, y fue una gran alegría ofrecer mi tiempo para Dios. Cuando regresamos al hotel esa noche, mi cuerpo estaba cubierto de cemento. No había agua disponible por la noche, así que tuve que cepillarme los dientes y lavarme la cara con una botella de agua. Podía oler el cemento que había en mi nariz, incluso durante mi sueño. Me hizo pensar acerca de los mayores sufrimientos por los que Jesús atravesó. Cuando estábamos a mitad de nuestro itinerario, tuvimos tiempo para orar por los niños de Perú en una iglesia rural. Debido a que no hablo español y los niños no entienden inglés, oré por ellos en coreano. Mientras orábamos por muchos de ellos, vi a mi hijo orando solito de rodillas sobre el suelo sucio. Me enorgullecí de él, pero a la vez me entristecí. El se veía tan solitario atravesando su adolescencia solo, con sus padres siendo indiferentes a sus diversos retos. Creo que fue Dios quien me hizo darme cuenta de esto. Me arrodillé al lado de mi hijo lo abracé y oré en voz alta. Sentía que las lágrimas caían por mis mejillas. Sentí un amor muy profundo por mi hijo otra vez desde lo profundo de mi corazón. Confesé mis pecados delante de Dios y le pedí perdón. Esa noche cuando regresamos a nuestro hotel le dije a mi hijo que deberíamos volver al momento donde nos encontrábamos antes, donde no teníamos nada de amargura entre nosotros y éramos felices de tenernos el uno al otro. Hicimos la promesa que nunca más discutiríamos sobre quien estaba en lo correcto y quién no. Al siguiente día, compartí nuestra decisión con nuestro grupo. Quería ganar la batalla contra Satanás a través de proclamar nuestra resolución. Nuestro grupo nos bendijo y oraron por nosotros. Yo estaba colmado de gozo. Estando en Columbus, cuando pienso en lo pasado, veo que las cosas han cambiado significativamente. Aunque los desacuerdos vienen de vez en cuando, ya no soy movido más por ello y trato de hacer lo mejor para entender a mi hijo. No caeré en las trampas de satanás nunca más. Alabo a Dios por lo que Él ha hecho, Él es nuestro buen Dios y continúa trabajando en nuestras vidas cada día. El ultimo día del viaje misionero, Matthew y el hermano Jin Yong estaban visitando la última iglesia. Antes de partir para el aeropuerto internacional en Lima, ellos pasaron las últimas 2 horas compartiendo con los niños. Entonces, en el último minuto, algo extraordinario sucedió. A través del patrocinio de Jin Yong Oh, la familia puede comprar alimentos para su sustento diario. Encontraron que 3 niños no tenían padrinos. El fuego del Espíritu Santo vino al corazón del Jin Yong diciendo: “Estos son los niños que nuestro Dios ha confiado a mi familia” No tenía ninguna duda sobre eso. Así, de inmediato se comunicó con el personal de COJ y los 3 niños se convirtieron en la familia de Jin Yong. Desde ese día estos 3 pequeños alcanzaron la esperanza y nuevos sueños en el Señor nuestro Dios y se convertirán en el ejército del Dios viviente para esparcir el fuego que entró en sus vidas a través de un siervo obediente del Señor Jesús. ¡Aleluya! www.coj.org 11