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“Queridos Reyes Magos, Yo les pido tiempo…”
Hace unos días vinieron los Reyes Magos a cumplir su trabajo de todos los años y van de regreso nuevamente a su hogar en Oriente, desde donde estarán pendientes del comportamiento de todos los niños durante el año, y verán si merecen su regalo para el próximo.
Pero, dicen los que saben, es la Constelación de Orión (El Cazador) y las tres estrellas que a simple vista se ven, su Cinturón; pero acaso ¿no es más hermoso creer que son los Reyes Magos cabalgando en sus fastuosas monturas, que han ido a adorar al Niño Dios, llevándole sus presentes y ahora se dan a la tarea de traer regalos y juguetes a todos los demás niños? Por supuesto, a quienes hayan cumplido con el requisito indispensable: portarse bien.
¿No recuerdan haber mirado al cielo, pensando que ya pronto vendrían haciendo realidad nuestros sueños de niños? El carrito, que llevaría a tierras lejanas las piedritas o los insectos recogidos en el camino, el avión, que surcaría los cielos sintiendo ser el mejor piloto, la pelota de mil colores o el balón que probablemente acabaría ponchado el mismo día, la muñeca de lindos cabellos que más tarde peinaríamos diferente o el bebé que pondríamos en su cunita, pensando ser una buena mamá, los trastecitos de cocina, donde prepararíamos una deliciosa comida, generalmente con dulces y galletas o el juego de té para invitar un cafecito a “la comadrita”.
Habrá quien piense que estos juguetes son de la prehistoria, porque los actuales están llenos de novedades y tecnología, hoy los niños piden pantallas donde puedan ver sus programas en 3D, reproductores mp3, las famosas iPad o mejor una Tablet Android Telefónica ¡?!?!
Bueno, no todos, algunos piden los Hombre de Acción o los Super Héroes del momento, pero “que hagan algo”, carritos motorizados, la muñeca de moda con su “outfit” espectacular y en el mejor de los casos una bicicleta.
¿Y el juego? ¿Y la convivencia con los demás? ¿Y la imaginación?
No, no estoy en contra de la tecnología, más ahora con lo indispensable que se ha hecho y con la ayuda que brinda en todas las áreas facilitando el trabajo, indiscutiblemente todo tiene su encanto y su beneficio.
Sólo que no se pierda la misión de Los Reyes Magos, hacer felices a los niños, conservar la magia mantener la ilusión, hacer que miren al cielo buscando esas estrellas que los representan y ver las otras, como las pisadas de los animalitos que al ir avanzando, van dejando chispitas de luz en su camino.
La convivencia, compartir juego y juguete con otros niños o con nosotros tirados al suelo arrastrando un carrito haciendo “run, run”, o más modernos con un video-juego, no importa que en un salto “extremo” nos duelan las rodillas, finalmente nos regalamos, por un momento volver a la infancia, llenándonos de asombro y emociones pero lo más importante: compartimos el tiempo con nuestros niños, ese tiempo que tristemente, se escapa como agua entre las manos y con él la oportunidad de disfrutarlos.
La vida actual con sus obligaciones, responsabilidades y necesidades no siempre permite espacio suficiente para nuestros hijos, si no tenemos tiempo en cantidad, que sea de calidad, busquemos la manera de estar con ellos, a veces un poco de imaginación puede sustituir al juguete más innovador o costoso, sobre todo si va acompañado de amor y dedicación, porque esos momentos, serán los bellos recuerdos de la niñez de esos futuros adultos, que seguramente también serán padres y tendrán como tarea conservar la magia de Los Reyes de Oriente.
¡Feliz inicio de Año!
Hace unos días vinieron los Reyes Magos a cumplir su trabajo de todos los años y van de regreso nuevamente a su hogar en Oriente, desde donde estarán pendientes del comportamiento de todos los niños durante el año, y verán si merecen su regalo para el próximo.
Pero, dicen los que saben, es la Constelación de Orión (El Cazador) y las tres estrellas que a simple vista se ven, su Cinturón; pero acaso ¿no es más hermoso creer que son los Reyes Magos cabalgando en sus fastuosas monturas, que han ido a adorar al Niño Dios, llevándole sus presentes y ahora se dan a la tarea de traer regalos y juguetes a todos los demás niños? Por supuesto, a quienes hayan cumplido con el requisito indispensable: portarse bien.
¿No recuerdan haber mirado al cielo, pensando que ya pronto vendrían haciendo realidad nuestros sueños de niños? El carrito, que llevaría a tierras lejanas las piedritas o los insectos recogidos en el camino, el avión, que surcaría los cielos sintiendo ser el mejor piloto, la pelota de mil colores o el balón que probablemente acabaría ponchado el mismo día, la muñeca de lindos cabellos que más tarde peinaríamos diferente o el bebé que pondríamos en su cunita, pensando ser una buena mamá, los trastecitos de cocina, donde prepararíamos una deliciosa comida, generalmente con dulces y galletas o el juego de té para invitar un cafecito a “la comadrita”.
Habrá quien piense que estos juguetes son de la prehistoria, porque los actuales están llenos de novedades y tecnología, hoy los niños piden pantallas donde puedan ver sus programas en 3D, reproductores mp3, las famosas iPad o mejor una Tablet Android Telefónica ¡?!?!
Bueno, no todos, algunos piden los Hombre de Acción o los Super Héroes del momento, pero “que hagan algo”, carritos motorizados, la muñeca de moda con su “outfit” espectacular y en el mejor de los casos una bicicleta.
¿Y el juego? ¿Y la convivencia con los demás? ¿Y la imaginación?
No, no estoy en contra de la tecnología, más ahora con lo indispensable que se ha hecho y con la ayuda que brinda en todas las áreas facilitando el trabajo, indiscutiblemente todo tiene su encanto y su beneficio.
Sólo que no se pierda la misión de Los Reyes Magos, hacer felices a los niños, conservar la magia mantener la ilusión, hacer que miren al cielo buscando esas estrellas que los representan y ver las otras, como las pisadas de los animalitos que al ir avanzando, van dejando chispitas de luz en su camino.
La convivencia, compartir juego y juguete con otros niños o con nosotros tirados al suelo arrastrando un carrito haciendo “run, run”, o más modernos con un video-juego, no importa que en un salto “extremo” nos duelan las rodillas, finalmente nos regalamos, por un momento volver a la infancia, llenándonos de asombro y emociones pero lo más importante: compartimos el tiempo con nuestros niños, ese tiempo que tristemente, se escapa como agua entre las manos y con él la oportunidad de disfrutarlos.
La vida actual con sus obligaciones, responsabilidades y necesidades no siempre permite espacio suficiente para nuestros hijos, si no tenemos tiempo en cantidad, que sea de calidad, busquemos la manera de estar con ellos, a veces un poco de imaginación puede sustituir al juguete más innovador o costoso, sobre todo si va acompañado de amor y dedicación, porque esos momentos, serán los bellos recuerdos de la niñez de esos futuros adultos, que seguramente también serán padres y tendrán como tarea conservar la magia de Los Reyes de Oriente.
¡Feliz inicio de Año!
MAGGIE CONTRERAS MÉXICO
“Queridos Reyes Magos, Yo les pido tiempo…”