2 Generaciones Número 14 | 页面 4

Especial Brígida Rivas dos generaciones todo, de darle sentido a la experiencia, de colocarle el brillo de la inocencia, el filo de la aguja, el nudo del telar. Las palabras no son sólo palabras sino actos de equilibrismo, sobre la cuerda del papel el escritor tambalea, se afianza, y, si es audaz, logra dar piruetas que animan al lector a poner sus pies en ese mismo lazo tembloroso. Por eso la lectura es una experiencia de oscilación, un sisma donde todo se anula y recomienza, donde escritor y lector pierden distancia para convertirse en una misma voz. Carta de la Directora: La primavera es tiempo de renacer, se dice, aunque siendo honesta aceptaré que a últimas fechas no me parece ya algo tan común. Reinventarse, es algo único, un don que a mi entender requiere sabiduría, amor y coraje. Porque después de andar por los mares de la vida, de enfrentar molinos de viento o de encontrarse uno en medio del desierto, lo más lógico es pensar en volver a casa. No me refiero con ello al lugar físico que nos acoge, tampoco a nuestra familia, pienso más bien en nuestras viejas costumbres, en los hábitos infranqueables, o vicios según sea el caso. Por eso, a aquellos que he visto luchar cuerpo a cuerpo contra sus más grandes miedos, o lanzarse contra sus propios conceptos enmohecidos, les respeto desde lo más profundo de mi ser. Se cuentan con los dedos de la mano, dicen, a aquellos que no buscan la comodidad de la rutina y la costumbre. Pero existen, en parte empujados por la vida misma y también por su propia osadía al no conformarse. Buscan experimentar y crear cada instante de su tiempo en esta oportunidad que llamamos vida. El alma de algunos, con más capacidades, ha decidido enfrentar retos que solo unos pocos eligen. ¿Valentía o inocencia? Únicamente con los rastros que dejan a su paso se puede conocer lo que en el fondo les motiva. Inspiración pura son para mí estos seres, llenos de fuerza, de voluntad, que derrotan al miedo con cada uno de sus pasos. Por ello, en este número he decidido reconocer a una artista que ha traído a mi vida la frescura que a tantos nos hace falta. Su ternura y alegría, que parecen estar intactas, me enseñan que durante el camino nunca se deben guardar con celosía los momentos tristes, ni los dolores más profundos. Sus palabras me muestran una luz clara y sensible, humana, que guía a los que vienen detrás nada más que con su ejemplo. Es estrella de los días y las noches, para ella misma, pero también para dejar claro que es lo interno lo que verdaderamente puede iluminar el propio sendero. Mi más profundo respeto y admiración para ella: Brígida Rivas Ordóñez. Pero más aún, mi eterno agradecimiento por compartir con nosotros su trabajo y su pasión. Como reconocimiento a su entrega dedicamos este número en especial a su trabajo. Lo hacemos también, en forma simbólica, para reconocer y dar el lugar que merece, a la capacidad creativa de cada mujer que ha luchado por compartir el fruto de sus dones. Me he atrevido a pedirle a Yunuen Díaz, merecedora del Premio de Literatura Joven “Delfina Careaga” en la categoría de ensayo, nos introduzca a ese mundo mágico de Brígida. Esta joven escritora, mexicana, aguerrida de pies a cabeza, enamorada de las artes y la enseñanza, ha logrado, a mí parecer, entregarnos un prefacio idóneo para la selección de textos de nuestra querida Colaboradora. Deseo de corazón que lo disfruten. Claudia Colín Directora 3 Especial Brígida Rivas dos generaciones LA VIDA EN LAS PALABRAS “Muy lentamente, los puntitos del papel se convertían en pájaros, en flores, mares, cielos…” Brígida Rivas Brígida Rivas Ordoñez trae a nosotros una vida convertida en palabras que aletean sobre el papel: aves de rutilantes alas. Mariposas atajadas de recuerdos que en la hoja renuevan vuelo, que se incendian en las manos del lector como pequeñas bengalas. Su escritura tiene el colorido de los vitrales medievales, una transparencia luminosa por donde se asoma la mirada del ser: lo inefable y lo concreto, lo prosáico y lo poético que engarzan sus dedos en sus cuentos y poemas. El tiempo se mueve entre sus manos como una madeja que ella va desenrollando, hilos de la vida, Gobelinos amorosos y perfumados por la distancia del recuerdo. Escribir es más que una búsqueda alquímica un oficio de testarudez, una manía empecinada por hacer de cualquier cosa un objeto distinto, por ponerle hojitas de oro a cualquier nimiedad para que brille. Escritura que se alimenta de experiencia e imaginación, Brigida transita los lugares más comunes para