dos generaciones
CARTA A ANA SOFIA
dos generaciones
EL MANDALA DEL MES
Por: Abril Amable
A veces es muy difícil poner en palabras lo que siente el corazón, pero hoy mi querida Sofí te voy a contar la
historia de tu vida en la mía.
Así como un niño le pide a su padre un juguete, de una forma insistente y hasta berrinchuda, así de esa forma yo
le pedía a Dios tener una hija. Pasaba el tiempo y no veía mis deseos cumplidos. Y un día la vida me sorprendió,
porque finalmente te estaba esperando. Muy feliz y con muchos antojos pasaba mi embarazo. Tú, creciendo
tranquila dentro de mí, ibas al trabajo todos los días conmigo y supongo que te preparabas para enfrentar este
mundo tan complicado, formando tu personalidad tan fuerte y decidida, tan segura, tan sonriente. Pasaban, los
días y las semanas y de manera sorpresiva tomaste una decisión: nacer en el momento que lo planeaste y no
como todos habíamos pensado o planeado. En ese momento sentí amor a primera vista: tan pequeña, tan bella
en mis brazos.
Desde ese momento el destino me retó, eres un plan divino que me pone a prueba a cada instante. Tu presencia
me ha llenado de felicidad. Desde que estás a mi lado me he cuestionado qué quiero en mi vida, para dónde
voy. He tomado decisiones pensando que serian lo mejor para ti. También te tengo que confesar que eres una
gran compañera, muy divertida, y muy inteligente, y si, mi querida hija… yo pienso que la inteligencia es un don,
un talento de Dios, que acompañado de un gran corazón convierte a un ser humano en alguien especial, en un
ser que puede cambiar y tocar vidas, como tú lo has hecho conmigo. Así como tu talento para pintar asombra a
muchos, así tu corazón me asombra.
Hija, espero que sigas tan valiente y tan decidida como ahora lo eres. Espero que sigas siendo tan dedicada y
comprometida, pero sobre todo, deseo con toda el alma que cada día seas más feliz, que tu corazón supere las
penas y las tristezas que son cosas naturales en la vida, que son sólo enseñanzas, y que éstas jamás opaquen
tu sonrisa y tu bondad. Recuerda que las cosas bellas siempre son muchas más que las tristes. Y que en todo
momento tienes mi hombro para llorar y mis oídos para escucharte, que estaré al alcance de tu mano para
compartir los momentos buenos y malos.
Llevamos 8 años juntas, como bien dices, y los que nos faltan… Vivir es una experiencia maravillosa y me encanta
que estés a mi lado.
Tú mami, q Ք