ARGENTINA
Tener salud, bienestar, mantener una buena relación con los demás, un trabajo digno, un hogar estable, o una carrera u oficio promisorio, son todas alternativas “normales”, que nos hacen sentir bien a todos.
¿Es posible lograrlo?
Mediante el cultivo y desarrollo de la espiritualidad, conocemos nuestro interior para saber que estamos dando lo mejor de nosotros y que estamos apreciando lo mejor de nosotros. Esos valores nos dicen claramente quiénes somos y de acuerdo a lo que aceptemos como real y verdadero en la vida, será lo que nos toque experimentar.
La espiritualidad nos modela, no solo resolviendo problemas específicos desde el punto de vista social o físico, sino que al mismo tiempo comprobaremos que existe un cambio en las actitudes, en el carácter, en una concepción más espiritual de la vida y la salud.
Existe una alternativa común a todos, y es descubrir que a través de esta experiencia individual, nos transformamos en mejores personas (entre padres, hijos, hermanos, vecinos, a nivel profesional, político y hasta deportivo)
Cada vez hay más evidencias de que una vida espiritual rica tiene un importante impacto positivo en la salud, tanto física como psíquica y emocional.
Y esto se logra mediante la conexión con Dios, mediante nuestra unidad con la fuente de ideas espirituales que nos colocan en un lugar donde podemos vivir seguros, libres, individual y colectivamente, sin miedos ni limitaciones de ningún tipo.