dos generaciones
dos generaciones
Cada día que pasa en este mes, me trae gratos recuerdos de
mi niñez. Con nostalgia añoro los días de fiesta en la ciudad
en la que todos los habitantes se preparaban para desde el
mes de noviembre alistar las figurillas de barro, cerámica
y rábanos, perfectamente caracterizados. Disfrutar de la
emoción de preparar el pesebre para esperar el “nacimiento del niño jesús”. Toda la familia compartíamos de la cena
de navidad, las calendas, las posadas y muchas otras tradiciones que se llevan a cabo en oaxaquita la bella como la
suelo llamar. Actualmente vivo en el estado de méxico y al
recordar lo que dejé cuando tuve que cambiar de residencia
me lleno de nostalgia. Es en esta temporada cuando no hay
poder humano que me detenga y regreso, aunque sea por
unos días, a esta mi ciudad natal.
Durante mi vida he vivido muchos momentos de gran tensión, momentos
muy dolorosos de una inmensa soledad, pero no tengo palabras para describir lo que he vivido últimamente.
Y no sé si he pecado de ingenuidad o
es que sigo creyendo que hay bondad
dentro de todos…
Busqué encontrar respuestas de muchas maneras, con terapia, con Dios,
con mis oraciones, con buena voluntad, y al final decidí hacer un alto en
mi vida. En algún momento abrí la caja
de pandora y llegaron, una tras otra,
muchas catástrofes.
Soy oriunda de la ciudad de oaxaca y me siento verdaderamente orgullosa de que en este lugar el tiempo no pase.
Sus costumbres, sus tradiciones y leyendas se siguen repitiendo día con día, año con año para el regocijo de los que
gustamos de las fiestas de nuestros terruños. Oaxaca se
localiza al sur de la república mexicana y se le ha reconocido
patrimonio de la humanidad.
Pasé muchas situaciones difíciles, inenarrables, cada día me topaba con
una sorpresa más desagradable.
Aquí es donde comienza a funcionar
el milagro. ¿¿¿Porqué??? Pues porque
aparecieron una tras otra las muestras
de apoyo de mi hermana, de mis amigas, de mucha gente que conozco, con
compañía, comida, con su hombro.
Tengo que reconocer que he recibido
apoyo de muchos lados, que hay muchas mujeres que son empáticas y sin
importar las consecuencias me ayudan.
Muchas madres de familia me han
apoyado en momentos críticos, con
hechos más que con palabras.
Tal vez es momento de reflexionar
sobre el lugar que se otorga a las mujeres, si realmente somos más que un
tema de campaña política en la agenda.
Sigo esperando que las cosas se solucionen, pero con la certeza de que no
estoy sola, que la conciencia femenina
es diferente, que existe una hermandad. Con fe de que con el tiempo las
aguas vuelvan a ser tranquilas, que
exista la voluntad de vernos como
iguales, volviéndome cada día más
fuerte y más feliz.
Estos días mi casa tiene un aspecto
diferente, más cálido. Sentada en la
sala junto a mis hijos pensaba qué faltaba. Decidí escribir mis deseos, mis
peticiones, una carta para mis hijos.
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¿Qué es lo que quiero? Que la magia
de esta época me conceda pedir una
vida mejor para mis hijos, y no me
refiero a tener cosas materiales, no,
si no a tener una vida tranquila, con
certeza, con amor. Que tengan una
madre más feliz y que al serlo pueda
compartir con ellos sus sueños y sus
proyectos. Que sepan que en el camino habrán muchas piedras, mucho
dolor, inicios y finales, gente que
nos acompaña un momento, unos
días, unos meses, unos años. Tal vez
no permanezcan con nosotros pero
en definitiva nos ayudarán a ser más
fuertes, más inteligentes y más felices. Deseo para ellos toda la luz, para
ver y sentir con claridad, sin egoísmo.
Que crezca en ellos el sentido de empatía primero por los de su casa y
también por los demás. Que tengan
un corazón lleno de amor y perdón.
Manos y brazos fuertes para abrazar
y para ayudar, pies firmes para caminar con seguridad sin temer a equivocarse, porque para aprender estamos
en este mundo. Ojos grandes y puros
para observar con claridad esta vida,
nuestro prójimo, su existencia. Una
boca que hable palabras llenas de
honestidad, aún cuando nadie los escuche y oídos para prestarlos a quien
tenga la necesidad de compartir.
Deseo para mis hijos mucha
alegría, salud, muchas experiencias, fortaleza, humildad, honestidad y mucho amor.
No importa que vengan en paquetes de muchos tamaños, colores y sabores, pero en definitiva
que la mañana del 25 de Diciembre estén felices rodeados de tanta gente que los ama, llenos de
vida y salud. Y que Dios me preste
vida para experimentarlo.
Es un placer comentarles que durante el mes de diciembre
se llevan a cabo infinidad de eventos artísticos, religiosos,
paganos y todo lo que a los paisanos se les ocurra. Un ejemplo son los trios musicales que se presentan en los jardines
de la ciudad . Los cuales entonan bellas canciones y se
acompañan del rasgueo de las cuerdas de sus guitarras, interpretando lo mejor de su repertorio. También encontraremos exposiciones de piñatas, arreglos florales de hoja
de maíz llamada totomoxtle, que no es otra cosa que las
hojas que cubren la mazorca y que bellamente manejadas
y coloreadas, le dan a esta artesanía un toque nostálgico
de la naturaleza. Razón suficiente para que año con año la
emoción de disfrutar de tan hermosos festejos, el visitante
y los nativos de allá logremos tal empatía que se les ve comentar, bailar, comer y disfrutar sin menoscabo del tiempo
y menos aún de la dieta.
NAVIDAD EN OAXACA
Por: Sofía García
¡Te esperamos! Vale la [