2 Generaciones Doceava Edición | Page 18

dos generaciones dos generaciones EL DESAPEGO Por: Alicia Hernández En este nuevo número he decidido hablar de dos aspectos de suma importancia para vivir una vida plena. Estos últimos meses he tenido que enfrentar varias pérdidas familiares. Personas a quienes amo y amaré profundamente hasta el final de esta existencia. Enfrentar el dolor de la perdida es mucho más fácil cuando se tiene una práctica espiritual más o menos constante. Uno de mis objetivos de mitad de año fue el trabajo en el desapego, pero ya saben que cuando uno desea algo llega la vida y dice: ¡Ah, si… quieres aprender, pues concedido! Y llega la enseñanza, no como uno la quiere, sino como tiene que ser, siempre para crecer. El aspecto menos agradable de aprender es que duele, pero ya estando dentro no hay de otra. Así que hoy les hablo del desapego aprendido a través del duelo, esperando que a alguno de ustedes le sean útiles mis palabras. El duelo y el desapego son los dos extremos de la misma línea. La palabra duelo viene del latín duellum, que significa combate o guerra. Pero hablando desde la perspectiva tanatológica, esta guerra es interna.El Duelo es un proceso que experimentamos cada vez que nos enfrentamos a la pérdida de algo o de alguien. Puede tratarse de cualquier tipo de pérdida. 17 Desde una material, como un trabajo, nuestra casa, o algún objeto, hasta la de un ser amado ya sea por divorcio, abandono o muerte. Dentro del Duelo hay que elaborar un proceso a través del cual fluctuaremos de diversas formas y en distintos tiempos. Cada persona lo experimen- ta de manera particular. Cualquier pérdida nos trae dolor y sufrimiento en diferente medida, que es directamente proporcional al apego que tenemos hacia el objeto o la persona que se ha ido. El Buda decía: “No podemos evitar el dolor, pero sí podemos evitar el sufrimiento”. Esto se refiere precisamente a que no podemos evitar sentir dolor por la pérdida, pero mediante la elabo- Esto se refiere precisamente a que no podemos evitar sentir dolor por la pérdida, pero mediante la elaboración correcta del duelo, sí podemos evitar el sufrimiento que ésta pérdida nos provoca. El proceso nos lleva a acomodar o adaptar nuestra vida sin aquello que hemos perdido. No hay tiempo fijo para el duelo, ya que depende de múltiples factores. Integrar el duelo tiene como objetivo aceptar el dolor que nos produce la perdida y poner fin al sufrimiento cuando encontramos un nuevo orden en las cosas. El duelo nos permite regresar a nuestra realidad, una vez que hemos combatido la resistencia que nos provoca la negación ante lo acontecido. Esta fluctuación emocional nos lleva a experimentar diversos estados, hasta llegar a la aceptación. Las emociones a través de las cuales fluctuamos son: 1) Negación y Aislamiento, 2) Enojo o Ira, 3) Regateo o Pacto, 4) Depresión y finalmente, 5) Aceptación. La aceptación llega, cuando por fin logramos encontrar nuevamente el sentido de la vida. No hay que confundir la aceptación con la resignación. La aceptación nos permite continuar con una nueva dinámica personal, la resignación es continuar la vida a medias, con un sufrimiento soterrado que tarde o temprano nos cobrará la factura. o a pesar de él. Entonces dejamos de poner toda nuestra energía y atención en dicho problema y cambiamos nuestra atención a ver lo agradable y bueno que la vida nos otorga. Dejando de tratar de cambiar aquello que no podemos. EL DESAPEGO. El Desapego es vivir aquí y ahora, en el momento presente, dejando de querer controlar. Aceptando lo que la vida nos regala a cada instante, cada día. Disfrutando y agradeciendo. Aceptando nuestra realidad. La palabra desapego no es una palabra muy usada en nuestro idioma, ni en nuestra cultura. La mayoría de nosotros estamos apegados a la vida, a las personas, a la casa, el auto, al cuerpo, a la personalidad, etc. Vivir con apego nos llena de envidia, enojo y frustración permanente. Vivir con apego nos causa sufrimiento. Vivir con apego nos crea adicciones físicas y mentales. Cayendo en situaciones de dependencia y manipulación. El desapego, suele confundirse con indiferencia. Tampoco es resignación ante los acontecimientos de la vida. El desapego es algo más grande y profundo. Desapegarnos es liberarnos de una emoción, problema o persona, pero con amor y desde la comprensión. Este se basa en la premisa de que solo somos responsables de las propias acciones. Que no debemos sentirnos responsables de las acciones o problemas de los demás. Y que la preocupación no nos sirve de nada. Dejar de meternos en las vidas ajenas para poner toda la atención en la propia. Desapegarse es darles la oportunidad a los demás de crear sus propios problemas y dejar también que los enfrenten. Darles la oportunidad de equivocarse y rectificar para aprender y madurar. Cuando intentamos una y otra vez solucionar algún problema sin obtener buenos resultados, el desapego nos lleva a aprender a vivir con el problema El desapego requiere de Fe, una fe profunda y verdadera, antes que nada en nosotros mismos y en el proceso natural de la vida o el destino. Cuando todo va bien, está bien y cuando todo va mal, también está bien. Llegará el momento en el cual podamos ver en perspectiva la razón de todo lo que pasa a nuestro alrededor. lo tanto nunca muere, lo único que muere es el cuerpo”. Te invito a actuar siempre desde el corazón. La meditación libera tu alma y expande tu conciencia, para que puedas experimentar otras realidades, más allá de la prisión del cuerpo y la personalidad. Aprende a valorar tu libertad y cada vez que la sientas, humildemente inclina tu cabeza hacia tu corazón y da gracias por tenerla. Aprende a estar contigo mism@. I Shin den Shin (De mi espíritu a tu espíritu). El desapego es permitirnos la libertad de ser nosotros mismos a pesar de todo y de todos. Soltando o dejando ir. Liberar a los demás es liberarnos a nosotros mismos. Ser libres para vivir y disfrutar, en el entendido que no hay mal que dure cien años y que como dice mi maestro “Todo Pasa”, hasta la vida. ¿No es así? El despego no es sinónimo de falta de amor, sino todo lo contrario. El desapego es una de las formas más genuinas del amor, ya que implica libertad de decidir, actuar, y ser. El desapego br