dos generaciones
dos generaciones
EL DESAPEGO
Por: Alicia Hernández
En este nuevo número he decidido
hablar de dos aspectos de suma importancia para vivir una vida plena.
Estos últimos meses he tenido que
enfrentar varias pérdidas familiares.
Personas a quienes amo y amaré profundamente hasta el final de esta existencia. Enfrentar el dolor de la perdida
es mucho más fácil cuando se tiene
una práctica espiritual más o menos
constante.
Uno de mis objetivos de mitad de
año fue el trabajo
en el desapego,
pero ya saben que
cuando uno desea
algo llega la vida
y dice: ¡Ah, si…
quieres aprender,
pues concedido!
Y llega la enseñanza, no como
uno la quiere,
sino como tiene
que ser, siempre
para crecer.
El
aspecto menos
agradable
de
aprender es que
duele, pero ya estando dentro no hay
de otra. Así que hoy les hablo del desapego aprendido a través del duelo,
esperando que a alguno de ustedes le
sean útiles mis palabras.
El duelo y el desapego son los dos extremos de la misma línea.
La palabra duelo viene del latín duellum, que significa combate o guerra.
Pero hablando desde la perspectiva
tanatológica, esta guerra es interna.El
Duelo es un proceso que experimentamos cada vez que nos enfrentamos a
la pérdida de algo o de alguien. Puede
tratarse de cualquier tipo de pérdida.
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Desde una material, como un trabajo,
nuestra casa, o algún objeto, hasta la
de un ser amado ya sea por divorcio,
abandono o muerte.
Dentro del Duelo hay que elaborar un
proceso a través del cual fluctuaremos de diversas formas y en distintos
tiempos. Cada persona lo experimen-
ta de manera particular. Cualquier
pérdida nos trae dolor y sufrimiento
en diferente medida, que es directamente proporcional al apego que tenemos hacia el objeto o la persona que
se ha ido.
El Buda decía: “No podemos evitar el
dolor, pero sí podemos evitar el sufrimiento”.
Esto se refiere precisamente a que
no podemos evitar sentir dolor por
la pérdida, pero mediante la elabo-
Esto se refiere precisamente a que
no podemos evitar sentir dolor por la
pérdida, pero mediante la elaboración
correcta del duelo, sí podemos evitar
el sufrimiento que ésta pérdida nos
provoca. El proceso nos lleva a acomodar o adaptar nuestra vida sin aquello
que hemos perdido.
No hay tiempo fijo para el duelo, ya
que depende de múltiples factores.
Integrar el duelo
tiene como objetivo aceptar el dolor
que nos produce
la perdida y poner
fin al sufrimiento
cuando encontramos un nuevo orden en las cosas.
El duelo nos permite regresar a
nuestra realidad,
una vez que hemos
combatido la resistencia que nos provoca la negación
ante lo acontecido.
Esta
fluctuación
emocional nos lleva a experimentar diversos estados,
hasta llegar a la aceptación.
Las emociones a través de las cuales
fluctuamos son: 1) Negación y Aislamiento, 2) Enojo o Ira, 3) Regateo o
Pacto, 4) Depresión y finalmente, 5)
Aceptación.
La aceptación llega, cuando por fin
logramos encontrar nuevamente el
sentido de la vida.
No hay que confundir la aceptación con
la resignación. La aceptación nos permite continuar con una nueva dinámica personal, la resignación es continuar
la vida a medias, con un sufrimiento
soterrado que tarde o temprano nos
cobrará la factura.
o a pesar de él. Entonces dejamos de
poner toda nuestra energía y atención en dicho problema y cambiamos
nuestra atención a ver lo agradable y
bueno que la vida nos otorga. Dejando
de tratar de cambiar aquello que no
podemos.
EL DESAPEGO.
El Desapego es vivir aquí y ahora, en
el momento presente, dejando de
querer controlar. Aceptando lo que la
vida nos regala a cada instante, cada
día. Disfrutando y agradeciendo. Aceptando nuestra realidad.
La palabra desapego no es una palabra
muy usada en nuestro idioma, ni en
nuestra cultura.
La mayoría de nosotros estamos apegados a la vida, a las personas, a la casa, el
auto, al cuerpo, a la personalidad, etc.
Vivir con apego nos llena de envidia,
enojo y frustración permanente. Vivir
con apego nos causa sufrimiento. Vivir
con apego nos crea adicciones físicas y
mentales. Cayendo en situaciones de
dependencia y manipulación.
El desapego, suele confundirse con
indiferencia. Tampoco es resignación
ante los acontecimientos de la vida.
El desapego es algo más grande y profundo.
Desapegarnos es liberarnos de una
emoción, problema o persona, pero
con amor y desde la comprensión.
Este se basa en la premisa de que solo
somos responsables de las propias acciones. Que no debemos sentirnos responsables de las acciones o problemas
de los demás. Y que la preocupación no
nos sirve de nada. Dejar de meternos
en las vidas ajenas para poner toda la
atención en la propia.
Desapegarse es darles la oportunidad a los demás de crear sus propios
problemas y dejar también que los
enfrenten. Darles la oportunidad de
equivocarse y rectificar para aprender
y madurar.
Cuando intentamos una y otra vez solucionar algún problema sin obtener
buenos resultados, el desapego nos lleva a aprender a vivir con el problema
El desapego requiere de Fe, una fe
profunda y verdadera, antes que nada
en nosotros mismos y en el proceso
natural de la vida o el destino. Cuando
todo va bien, está bien y cuando todo
va mal, también está bien. Llegará el
momento en el cual podamos ver en
perspectiva la razón de todo lo que
pasa a nuestro alrededor.
lo tanto nunca muere, lo único que
muere es el cuerpo”.
Te invito a actuar siempre desde el
corazón. La meditación libera tu alma
y expande tu conciencia, para que puedas experimentar otras realidades,
más allá de la prisión del cuerpo y la
personalidad.
Aprende a valorar tu libertad y cada
vez que la sientas, humildemente inclina tu cabeza hacia tu corazón y da
gracias por tenerla. Aprende a estar
contigo mism@.
I Shin den Shin (De mi espíritu a tu espíritu).
El desapego es permitirnos la libertad
de ser nosotros mismos a pesar de
todo y de todos. Soltando o dejando
ir. Liberar a los demás es liberarnos a
nosotros mismos. Ser libres para vivir
y disfrutar, en el entendido que no hay
mal que dure cien años y que como
dice mi maestro “Todo Pasa”, hasta la
vida. ¿No es así?
El despego no es sinónimo de falta de
amor, sino todo lo contrario. El desapego es una de las formas más genuinas del amor, ya que implica libertad
de decidir, actuar, y ser.
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