Indignados contra políticos
La sociedad sale a la calle para ser escuchada por el poder
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A lo largo de la historia de España han acontecido diversas re-vueltas sociales que cambiaron la forma de pensar de la sociedad del momento. El levantamiento de los comuneros, el motín de Es-quilache, y ahora el 15-M, son agitaciones que dieron un giro y una importante lección a la clase política de la época. Estos actos reivin-dicativos del pueblo, son vistos de mala manera por el poder. Los que mandan intentan desprestigiar, por las buenas o por las malas esta situación de descontento para que el resto de la sociedad se mantenga en calma y no se produzca ningún cambio.
Gran parte de sociólogos, políticos y medios de comunicación cen-tran toda su atención en las consecuencias que puede tener esta movilización del 15-M en la explosión social de los indignados. La úl-tima vez que se produjo un acontecimiento inesperado fue en 2004. Después de los trágicos atentados del 11-M, la ciudadanía tomó las calles de forma masiva y espontanea para enfrentarse a un enga-ño del poder.
El éxito de las movilizaciones actuales no puede medirse en estos momentos. Para saber si este movimiento cuaja y si realmente con-sigue cambiar las cosas, habrá que esperar a las próximas eleccio-nes, porque en las anteriores aún no se había consolidado realmen-te el espíritu de la movilización. Si la gente sigue sin callarse, efec-tivamente querrá decir que hay algo más. Un cambio drástico en el resultado demostraría que España, esa histórica nación en la que todo está gestionado francamente mal, en donde los culpables sa-len airosos y la justicia no hace nada, sí sería capaz de despertar y enfrentarse a sus problemas.
Los políticos viven inmersos en sus puestos y no se relacionan con lo grave de la situación del país. Si el pueblo grita a la vez y sale a la calle, a lo mejor les despierte de su letargo. Es necesario que los indignados hagan oír su voz no sólo en España, sino en todo el mun-do, porque la justicia social tiene que ser un derecho humano inalie-nable.
Tal vez en unos años no parezca tan importante este movimiento, pero si no se vuelve a la pereza que caracteriza a los españoles, puede que aquel 15 de mayo del 2011 se convierta en un hecho his-tórico de gran relevancia. Que no sea sólo en una fecha para recor-dar en un libro. Es necesario valorar lo conseguido y no volver hacia atrás. La sociedad se cambia desde dentro.