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EMOCIONES Y MOVIMIENTO

Tenemos claro en nuestros días que vivimos una época de muchos cambios; la tecnología, el estilo de vida, la forma en la que pensamos, entre otras. Se le ha denominado“ la era de la información”, ya que, tenemos acceso con un dispositivo en la palma de nuestra mano a“ toda” la información que requieras. Basándonos en la frase:“ el conocimiento es poder”, deberíamos tener el mundo a nuestros pies.

Roberto Gual en su libro“ El Secreto de la Grandeza” menciona lo siguiente:“ el conocimiento es poder … en potencia”, ya que, si este conocimiento no es aplicado o llevado a la acción, simplemente no sirve, sólo está ahí a la espera de ser utilizado. Podemos acumular conocimiento desde casa, en la escuela, en el trabajo, pero si no es aplicado en nuestras vidas y en nuestro día a día, no funciona. En ocasiones tenemos la respuesta a lo que nos aqueja, pero por miedo, temor o conformidad no lo usamos, por ejemplo: queremos bajar de peso, sabemos que mejorando nuestros hábitos alimenticios lo podemos conseguir, pero no lo hacemos, preferimos seguir con nuestros hábitos y culpamos a todo a nuestro alrededor, nos declaramos víctimas del destino y las circunstancias, en lugar de aplicar lo que ya sabemos, quizá no tenemos los conocimientos específicos de un nutriólogo, pero si sabemos por dónde podemos comenzar. El hecho de hacer esta situación consciente nos lleva a un primer paso para alcanzar la sabiduría.
La sabiduría se puede relacionar con la“ escencia no directiva” del coaching; ya que en palabras sencillas, la sabiduría no es otra cosa que la aplicación del conocimiento, es decir, se alcanza mediante la experimentación, obtener aprendizaje mediante la acción. La esencia no directiva consiste en aprender con base en la observación de un maestro y luego practicando bajo su guía, la no directividad no transfiere conocimiento ni experiencia, esta se debe adquirir mediante la práctica de lo que se quiere aprender. He ahí donde está la relación.
En nuestra constante búsqueda de respuestas, nuestra cultura popular nos lleva a pedir consejos a los individuos que consideramos tienen cierto grado de sabiduría, Existen historias con aprendizajes profundos que hacen referencia al“ viejo sabio de la montaña”, por lo que tenemos la idea de que un“ sabio” es un viejo, ermitaño, de carácter duro y firme, no necesariamente es así. Alcanzar la sabiduría consiste en aplicar los conocimientos adquiridos en nuestra vida, es arriesgarnos a tomar acción, a aprender y experimentar este aprendizaje; así es como aprendimos a caminar, a hablar; es algo que traemos de manera innata, que se va puliendo con los años a través de nuestro sentido común. Ocurre que conforme vamos adquiriendo edad y hacemos uso del razonamiento, vamos dejando de lado el sentido común, somos más racionales y le damos mucho peso al modo de actuar de la sociedad en la que nos desarrollamos, nos vamos moldean
[...] La sabiduría no es otra cosa que la aplicación del conocimiento, es decir, se alcanza mediante la experimentación, obtener aprendizaje mediante la acción.
do de acuerdo a la colectividad, nos dejamos influenciar por los temores y miedos de los demás, dejamos de experimentar. Esto tiene un efecto sobre nosotros y nuestra autoestima, ya que, comenzamos por perder la confianza en nosotros mismos.
Dado lo anterior las creencias que nos limitan juegan un papel muy importante, ya que, no es suficiente para nosotros creer en un individuo“ iluminado”( como Jesús, Buda o Mahoma) y recitar sus enseñanzas de memoria sobre lo bueno y correcto, si mis acciones dicen lo contrario, reza un dicho popular:“ practica lo que predicas”. Esto hace referencia a una palabra que hoy en día es trascendental en mi vida: CONGRUENCIA. Por lo tanto, la manera de alcanzar la sabiduría es buscar la congruencia entre lo que pienso, lo que siento, lo que digo y lo que hago; encontrar el balance del que tanto se habla, llevar a la acción todo lo que he aprendido, experimentar y transitar caminos diferentes, vivir en cabeza propia lo que deseo vivir, eliminando los miedos y temores de los demás. Creando mis propias experiencias, siendo congruente, hablando de mis aprendizajes y experiencias, recuperando la confianza en ti mismo.
Es necesario darnos cuenta de que somos seres individuales, que nadie puede pensar ni sentir por otro, que nuestras experiencias y aprendizajes son únicos para cada uno de nosotros, que con nuestros pensamientos y sentimientos creamos nuestra realidad, que no requerimos rodearnos de misticismo, ni barbas largas y blancas para ser sabios. Que al momento de seguir experimentando, asumiendo riesgos, actuando en congruencia y llevando a la acción el conocimiento alcanzamos la sabiduría.
“ La verdadera sabiduría está en reconocer la propia ignorancia” Sócrates
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