compañía Comino. Constantemente, María de los Dolores solicitaba
que le programaran giras porque tenía el interés de llegar a la gente
humilde, a la gente necesitada cultural y emocionalmente. Su espíritu
de lucha social le movía hacia la gente que necesitaba esparcimiento y
cultura. Fuera una plaza pública, una patio de escuela, una cárcel como
Lecumberri, uan fábrica, un manicomio, dónde hiciera falta, Comino
siempre estaba dispuesto a divertir a la gente con entusiasmo.
Durante 14 años, Loló llevó alegría y educación al pueblo de México.
Fue hasta 1948 que María de los Dolores decide dar un giro a su vida y
se retira junto con su muñeco Comino, dando así por finalizado la
historia de uno de los grupos más carismáticos del movimiento del
teatro Guiñol de Bellas Artes.
El 2 de febrero de 1992 fallece María de los Dolores Alva de la Canal,
dejando como legado el Diario de Comino, un libro sobre sus memorias
como titiritera narrado con la voz de su personaje principal.
Desafortunadamente, este material no ha sido publicado, pero gracias
a que fue incluido en el CD La Edad de Oro del Teatro Guiñol de Bellas
Artes 1932-1965, que Marisa Giménez Cacho y Francisca Miranda Silva
realizaron, es que podemos conocer ese diario.
El títere Comino, aún permanece almacenado en espera de que la
institución que lo vio nacer le asigne una vitrina en algún museo, para
que todos podamos visitarle.
Comino.
Comino fue una creación de Ramón Alva de la Canal y fue bautizado por
Elena Huerta Múzquiz.
Comino según él mismo.
“La noche en que nací, había mucho trabajo. Se presentaría el nuevo
teatrito que aún no tenía nombre. El señor Bassols montaría la primera
pieza, que escribiera Elena Huerta Múzquiz: El Gigante. Habían
construido al gigante, a Pepito y a Luisito. Ya estaban el pan, la cubetita
para la leche, el pollo muerto… solo faltaba un niño. Encontraron un
pedacito de madera de zompantle y me tallaron. Como resulté el más
chiquito me pusieron Comino. Mis cachetes gordos y colorados, mis ojos
chiquitos y mi boca sonriente, nadie se imaginó que con mi vestido rojo,
poco a poco empezaría a hacerme popular. Entonces fue cuando
pertenecí al Palacio de Bellas Artes.”
Comino según María de los Dolores.
“Comino fue, y es el muñeco guiñol que conquistó todos los corazones
infantiles y adultos. La magia de Comino llegaba directamente al
público. Los contenidos sociales de sus obras eran actuales en su época
y quizá ahora pudieran serlo también (…) Yo fui su animadora y creo que
su fama depende de que le di vida. Comino vivía como toda la gente, su
fama me sorprende y me asombra. Al Comino verdadero no le conocen
su esencia, en su carácter, ni su forma de ser. Se introducía en cada
17