Con esta expansión, la cultura logró un auge
económico pues se estableció el tercer pilar del
imperio: los sistemas tributarios. Este sistema
formaba parte de la política comercial del primer
Moctezuma y se originó con la conquista de los
Cuetlaxtlecas, quienes fueron obligados a pagar
tributos a los mexicas a partir de cacao, hueynacaztli
(cuya
flor
tenía
importantes
aplicaciones
alimenticias y farmacéuticas), chile pequeño y
grande, camarones, cangrejos, peces, hicoteas,
pescados secos, caracoles grandes, cueros de leones y
tigres, joyas ricas, mantas de diez brazas, ropas,
veneras, plumas muy ricas, oro en polvo y plata,
pájaros galanos, guacamayas, papagayos, piedras
ricas verdes, cornerinas, ámbares y piedras de
sangre.
Estos tributos eran distribuidos a los
pipiltin, funcionarios estatales y mercados como el
de Tlatelolco; además, con estos productos fue
posible abastecer al ejército local así como el
dedicado a la defensa de las ciudades de la Triple
Alianza
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