Dubái
Dubái es el Emirato más grande después de Abu Dhabi. Es también un importante centro de negocios y destino para el turismo de lujo ya que se encuentra ahí el considerado único hotel de siete estrellas del mundo: Burj Al Arab. Desde su construcción ha sido catalogado como el mejor hotel del planeta y es denominado el edificio más fotografiado del mundo.
Está construido en su propia isla artificial a 280 metro de la costa, mide 321 metros de altura, todas sus habitaciones son suites y su servicio de hotel se compone por BMWs, Rolls Royce y un helicóptero privado.
Localizada en la costa, podemos encontrar la Palmera Jumeirah, uno de los atractivos más conocidos de Dubái la cual está formada por un conjunto de islas artificiales con forma de plamera como lo dice su propio nombre. Para la construcción de ésta se utilizaron rocas y arenas suficientes como para formar un muro de seis metros de altura capaz de dar la vuelta al mundo tres veces, es decir, 31 km4.
En Dubái, como en todas las ciudades, también se pueden ver museos y edificios historicos como lo es la Casa de Sheikh Saeed Al Maktoum que es el mejor ejemplo de la arquitectura arábiga del siglo XIX en Dubái. Ésta se encuentra completamente restaurada y en su interior se pueden ver fotos del estado de antes de la rehabilitación.
Por otro lado, también nos podemos encontar Dubái Creek, una ría natural que se adentra en la tierra aproximádamente 10km. Este accidente geográfico al que los antiguos griegos llamaron río Zara, marcó el punto de inicio en la construcción de la ciudad. Dubai Creek separa Dubai en Deira y Bur Dubai, los dos barrios históricos de la ciudad. Para cruzar de un lado a otro existen dos puentes, un túnel y pequeñas barcas para el tránsito de peatones.
Bastakiya es una de las zonas más antiguas de Dubái, situada al sur de Dubai Creek. Un espacio detenido en el tiempo en el que aún se puede disfrutar de la atmósfera tradicional emiratí como si se tratara de principios del siglo XIX.
Sus calles están repletas de antiguas casas con sombreados patios interiores que han sido reformadas para mostrar el esplendor de tiempos pasados.
Un curioso sistema que canalizaba el aire hacia las casas para refrescarlas, los llamados captadores de viento, se alzan entre sus estrechas calles del barrio.
Todas las tiendas, galerías de arte y acogedores cafés que se enceuntran, fueron antiguamente lujosas casas de mercaderes ricos.
Andrea Vergara
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