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Los famosos, los artistas con sus ritos y mitología, inmortalizan lugares que son venerados por sus fans.
Realmente en una sociedad laica como la nuestra, la necesidad de la adoración de ídolos ritualizadas, se puede desplazar a los famosos, a las estrellas de cine o la canción. Las personas no religiosas tienden a estar más pendientes de la cultura, de la fama, de la celebridad. La celebridad, los artistas famosos acaparan algunas de las mismas funciones de la iglesia para los oyentes. Las celebridades se parecen más a los santos del calendario, como autoridades espirituales, o como dice el filosofo Leo Brandy “las celebridades tienen en su aura una versión degradada de carisma” que se deriva de su todo poderosa presencia cautivante.
A través de las revistas del corazón, las mujeres corrientes observan lo que las estrellas utilizan su ropa, sus gestos, su belleza extrema y tienden a comprar, incluir copias de lo que las estrellas lucen, incluso a fuerza de cirujanos plásticos tratan de parecerse más a sus héroes famosos, y a la vez estas estrellas precisan de la cirugía para continuar retroalimentando a sus fans, generándose una dependencia bidireccional.
"Las mujeres ven en las estrellas parámetros de la belleza y las bellezas tienden a querer a toda costa mantener a sus fans en lo que representan en cuanto a belleza"
Artistas y su adicción