El uso de energías renovables no sólo contribuye al objetivo mayor de cuidar el planeta, sino que además hoy es una forma concreta de reducir costos y mejorar la competitividad de las compañías.
En Argentina y la región hay además condimentos adicionales que incentivan el cambio de paradigma como la baja de los costos de los paneles solares chinos, el fuerte incremento de las tarifas energéticas por la quita de subsidios, y la apertura de importaciones que llevó adelante el gobierno de Javier Milei.
Fleming explicó que China “sobrestockeó” el mundo de paneles solares, lo que hizo que bajen su precio de forma contundente. “Se redujo mucho el costo de materiales para armar un parque solar. Hoy está en mínimos históricos el precio del panel”, enfatizó. Además, la apertura de importaciones posibilitó que estos equipos ingresen a la Argentina sin obstáculos.
Este combo conformó, a su criterio, un escenario muy propicio para que la industria local, las empresas y las pymes empiecen a pensar en la posibilidad de incorporar esta tecnología y que el tiempo para recuperar la inversión que demanda montar un parque solar no es tan largo. “Hace un año se hablaba de una amortización de 10 a 12 años y hoy de 6 a 8. Y, en algunas industrias específicas como la electrointensiva, se logra en cuatro”, dijo Fleming. “Un parque solar –detalló– tiene una vida útil de 30 años”.
Además, subrayó que en Argentina la generación de energía renovable estaba concentrada lejos de los lugares de consumo. “Estaba bien mientras había poco consumo, pero las líneas de transporte de 500.000 kw, que cruzan el país, se estresaron”, señaló. Esto motivó que más empresas quieran autoabastecerse.
El ahorro, factor clave
El titular de ElyS dio ejemplos concretos de cuánto pueden ahorrar las empresas que apuesten por las energías alternativas. “Quien paga u$s3,5 el decámetro cúbico de gas puede pasar a pagar u$s2,98”, sostuvo. Y amplió: “El que en energía eléctrica paga u$s120 el megavatio hora, de repente puede pasar a pagar u$s90”.
Además, destacó que herramientas como el pool de compras, el dashboard con IA (tableros de gestión) y la descarbonización de cadenas productivas son herramientas que producen mejoras inmediatas.
Por su parte, Fleming sostuvo que gracias a los paneles solares se puede ahorrar entre un 12% y un 18% en dólares. Y en algunas industrias electrointensivas, el porcentaje es aún mayor.
“Para una industria es muy rentable generar energía solar para el autoconsumo, puede llegar a ahorrar hasta el 60% de la factura de luz”, indicó.
Las que se animaron
La transición energética y la adopción de energías renovables ofrece una serie de beneficios tangibles para las empresas, como la reducción de costos energéticos y el mejoramiento de su imagen corporativa al demostrar su compromiso con la sostenibilidad y al cumplir con normativas internacionales sobre reducción de emisiones de carbono. En esa línea, varias firmas de la región apostaron por las renovables.
Otro caso es el del Sindicato de Luz y Fuerza de Rosario, que en conjunto con las fundaciones Con la gente y El sol sale para todos entregó módulos de panelería solar a familias de las islas del Delta del Paraná que carecen de energía.
“No siempre tienen que ser campos o parques grandes. Hay proyectos solares de parques fotovoltaicos que son escalables, tenemos clientes que empiezan con 100 kilowatts”, aseguró Fleming. Y amplió: “Cien kilowatts para el autoconsumo son dos hileras largas de paneles, pero a medida que les van dando ahorros, empiezan a invertirlos en agrandar su propio parque solar para ir escalándolo”.
Las claves de la transición
Rosandi detalló que el proceso de transición energética y descarbonización en las empresas abarca tres áreas principales: la electrificación de los procesos productivos, la autogeneración de energía y la integración al mercado mayorista de electricidad.
La electrificación consiste en transformar los procesos productivos, buscando no sólo la incorporación de fuentes renovables, sino también la optimización del uso de la energía.
Respecto a la autogeneración de energía, cada vez más empresas apuestan a la instalación de paneles fotovoltaicos y a la utilización de biogás.
En cuanto a la integración al mercado mayorista de electricidad, Rosandi recomendó que las empresas se integren y accedan a contratos de energías renovables, en reemplazo de las distribuidoras, que tienen un mayor costo.
Las barreras a la transformación
Pese a que las empresas toman cada vez más conciencia respecto a la necesidad de una transición energética, se enfrentan –según Rosandi– a tres barreras para adaptar su matriz.
La primera es financiera, ya que la situación económica de la Argentina afectó la capacidad de las pymes para invertir en proyectos de energías renovables. La segunda es una barrera de conocimiento, ya que muchos empresarios aún desconocen las opciones existentes para reducir su huella de carbono, o creen que su única alternativa es instalar paneles fotovoltaicos.
La última traba es la falta de herramientas adecuadas para gestionar la energía de manera eficiente. En este punto, Rosandi destacó el uso de dashboard basados en inteligencia artificial (IA) como una solución clave para mejorar la eficiencia y reducir costos. Estos permiten analizar y optimizar su consumo energético, identificar ineficiencias y reducir la huella de carbono.
La IA arrasa
En este camino, Rosandi apoyó la implementación de la herramienta Tecnoindustria 4.0, lanzada por el gobierno provincial, como una de las soluciones más innovadoras para las empresas en su camino hacia la transición energética. La iniciativa permite integrar la IA en la gestión energética, logrando optimizar el consumo, detectar anomalías y tomar decisiones estratégicas basadas en datos.
Impacto ambiental
Fleming manifestó que los paneles solares no hacen ruido ni contaminan. “Hay proyectos donde ponemos los paneles en altura y los dueños de las tierras aprovechan para hacer huertas abajo, porque los paneles tapan la luz en el peor sol del día. Es lo que se llama agrovoltaico”, explicó.
Además, por su bajo peso, muchos pueden colocarlos en sus propios techos, sin tener que ocupar parcelas de tierra.
Por un lado, es importante la transición energética, y, por el otro, los modelos de descarbonización y cómo nos vamos adecuando al Pacto Verde Europeo y al Carbono Horizonte Net Zero, que es lo que nos exige el mundo”, señaló Rosandi.
Mientras que la transición energética hace referencia al proceso de cambiar de fuentes de energía convencionales a renovables, la descarbonización se refiere a la reducción de la huella de carbono.
El futuro de la energía en Argentina
A largo plazo, Rosandi es optimista respecto a la evolución de las energías renovables en el país. “Argentina tiene un gran potencial para aprovechar fuentes renovables, especialmente la solar y la eólica, pero también debe pensar en nuevas formas de generación, como la energía nuclear y la explotación de los recursos de Vaca Muerta”, opinó.
El consultor también enfatizó la importancia de una planificación energética estratégica que permita a las empresas adaptarse a los cambios globales y nacionales, y aseguró que el futuro de la energía en Argentina está vinculado a la digitalización y la inteligencia artificial. "Las empresas que integren estas tecnologías tendrán una ventaja competitiva en los próximos años", evaluó.
“Pienso que en los próximos años vamos a empezar a ver muchísimos más paneles solares y parques eólicos en esta región”, concluyó Fleming.
Energía: las empresas
que cambian el traje
La apertura de importaciones, la suba en las tarifas de luz y la baja de los costos de paneles solares chinos impulsan una transformación de la matriz energética hacia fuentes renovables.
SE HIZO LA LUZ
SE HIZO LA LUZ
La transición energética es un desafío
y una oportunidad para las empresas.
Las fuentes renovables no sólo cuidan el planeta: también reducen costos.
Por RODRIGO ELÍAS
Ignacio Fleming y Alberto Rosandi.