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¿Cuáles son las estrategias que utilizan sectores vinculados con industrias, comercios? Consejos de expertos y acompañamiento bancario.

NOTA DE TAPA. MERCADO VERDE

NOTA DE TAPA. MERCADO VERDE

Dar el salto hacia modelos sostenibles requiere decisión y convicción, más aún cuando se trata de hacer una transición en un escenario que promete retornos recién en el mediano plazo. De todos modos, el paso no siempre requiere grandes desembolsos iniciales, e incluso en el inicio del camino, los empresarios pueden encontrar múltiples ventajas, más aún si la apuesta es a liderar un sector, alcanzar posiciones estratégicas, hacerse de una reputación o incluso acceder a capital en condiciones ventajosas.

El contexto actual es el de un mercado verde que madura año a año y permite que las transiciones de pequeñas y medianas empresas de la región –sean industrias, comercios o compañías de servicio– se profundicen. Muchas de ellas hacen los primeros movimientos tomando las ventajas competitivas que surgen en cada sector específico y que les permiten, primero convencerse, y luego dar un salto que con el tiempo les traerá retornos concretos.

“Todavía estamos viviendo los primeros años de los nuevos modelos de negocios”, afirmó Gaspar Mac, desarrollador de proyectos de triple impacto y cofundador de Nativas, la empresa que trabaja a través una plataforma para que las firmas inviertan por medio de la compra de activos digitales en la reforestación de ecosistemas.

Sin embargo, destacó que el terreno no es el mismo que hace cinco años y reconoció que su apuesta desde Nativas es lograr que “dentro de 15 años, cuando mis hijos tengan que pensar en emprender, no haya otra alternativa que la de la sostenibilidad”.

Fabián Garófalo, cofundador de la consultora en sustentabilidad EcoEtika, describió un escenario que alienta al cambio y afirmó que “las empresas pueden empezar a hacer modificaciones significativas con recursos limitados”.

Para delinear ese recorrido hizo foco en las claves que hacen a la sostenibilidad: la implementación de prácticas ecológicas (eficiencia energética, reducción del consumo de agua y minimización de la generación de residuos), economía circular (reutilización y reciclaje de materiales) y cadenas de suministro sostenibles (trabajar con proveedores que practiquen la sostenibilidad).

A la hora de iniciar cualquier transición, o incluso en los proyectos que nacen ciento por ciento verdes, Mac dijo que es fundamental localizar las “ventajas competitivas” del negocio y desarrollar una política de triple impacto.

“Esas ventajas competitivas pueden ser comerciales y de propuestas de valor diferencial, financieras a la hora de buscar acceso a mejores tasas en el mercado, o lograr certificaciones que en muchos casos permiten la apertura a nuevos mercados”, detalló el fundador de Nativas.

En ese último punto, señaló como ejemplo otro de sus proyectos: Smod, una empresa de micromovilidad certificada como empresa B, que ofrece sistemas de movilidad sostenibles y que funciona en seis provincias. “A una empresa como esta, que participa de licitaciones públicas en diferentes provincias y ciudades del país, cuando en esos procesos se ponderan las certificaciones, ser empresa B le resulta una ventaja”, afirmó.

Eso mismo ocurre en sectores y compañías mucho más tradicionales como es la industria frigorífica, que hasta poco miraba de lejos estos procesos.

“La visión de Paladini siempre fue expandirse a nuevos mercados y hoy, en el exterior, se exige a las empresas más compromiso y responsabilidad ambiental”, dijo Luciano Lesa, gerente de Calidad, Medio Ambiente, Organización y Método de la compañía, para señalar uno de los motores del proceso que el frigorífico puso en marcha en su planta de Villa Gobernador Gálvez.

La transición en el modelo de negocio incluye desde una logística interna con vehículos eléctricos, la instalación de una laguna natural habitada por la fauna ribereña y el compostaje total de residuos orgánicos, así como la instalación de paneles fotovoltaicos y proyectos para generar su propia energía limpia. Todo eso, además, trasladado a su cadena de suministro.

Otra centenaria en el rubro frigorífico que hizo lo propio fue Arrebeef con sus plantas de Escobar y Pérez Millán, que exporta el 90% de su producción de carne vacuna a China, Estados Unidos y países de la Unión Europea.

En este caso las regulaciones de los mercados nacionales e internacionales, así como las exigencias de los mismos consumidores, empujaron los movimientos propios y ellos impulsan a otros.

“Nos elevan la vara y nosotros lo hacemos con los proveedores, de modo de generar una cadena virtuosa y contagiar lo que estamos haciendo”, contó José Previgliano, responsable de comunicación de la firma y miembro del Comité de Sostenibilidad del frigorífico bonaerense.

 

Bancos que acompañan

Más allá de las ventajas competitivas que son propias del negocio en cada sector, Mac destacó que existen otras que son “transversales a todas las verticales”. Y puntualizó la disposición del mercado y las entidades bancarias, que al fin y al cabo son las que les permiten a los emprendedores y empresarios acceder al capital para llevar adelante las transformaciones concretas.

“Si tenés una política de sostenibilidad fuerte vas a encontrar entidades que acompañan, porque existe una taxonomía fuerte que deben respetar de sus casas matrices”, indicó sobre las pautas del sistema financiero que permiten identificar proyectos y actividades económicas “verdes”.

Si bien su propia compañía es actualmente una referencia, y él mismo reconoció que “es una de las empresas que trabaja en regeneración de sistemas ambientales y está dentro de una vertical que los bancos quieren acompañar”, admitió que hace no muchos años atrás lo “miraban raro”.

Desde el sector financiero y sobre ese punto, Natalia Diruscio, gerenta de sostenibilidad de Banco Municipal, viene señalando que si bien los bancos “en un principio se fueron involucrando quizá desde el riesgo”, en la actualidad la mayor parte de las entidades financieras del país suscribieron el protocolo de finanzas sostenibles.

"Como banco puedo prestarle a alguien para reducir sus emisiones, para empezar a trabajar la eficiencia energética y también para que desarrolle un proyecto de impacto netamente, o sea, que desarrolle la economía circular que tanto se está trabajando”, dijo la responsable del área. “En Rosario tenemos mucho para hacer para generar esa circularidad. ¿Por qué no financiar eso?”, añadió.

En el mismo sentido se explayó el cofundador de EcoEtika al decir que “actualmente existen programas de financiamiento verde con costos del dinero más bajos que el estándar solicitado en el entorno de los servicios financieros”, a los que suman “los programas de financiamiento soportados por los Estados, que ofrecen aportes no reembolsables y asistencia técnica”.

Una muestra de ese movimiento que se da en el sector bancario y financiero se vio en el mercado sobre el final del 2024, cuando la Asociación Civil Sumatoria logró colocar en forma exitosa su nueva serie de Obligaciones Negociables (ON) Sustentables por $ 1.825 millones, destinados a financiar proyectos de pymes, instituciones y cooperativas que tengan un impacto social y ambiental. Una herramienta que como en los casos anteriores tuvo un fuerte respaldo de los bancos Comafi, Galicia, Santander, BBVA, Hipotecario y Supervielle.

Andrés Schapiro, director de Finanzas de Sumatoria, no sólo señaló que este número “representa un crecimiento de más del 100% en comparación a la emisión anterior”, sino que además subrayó que “es una herramienta que permite atender a una demanda creciente de crédito para inversión de impacto social y ambiental positivo, y brinda a los actores del mercado de capitales un instrumento para invertir y generar impacto en la economía”.

 

El avance en las alimenticias

Para Mac, en el inicio la convicción es clave, sobre todo “por parte del directorio y como política de la empresa” para poner en marcha el proceso. Una vez dado el paso, esa firmeza en la decisión debe traducirse en recursos, no sólo económicos sino humanos de la empresa. “Se requiere trabajar en proyectos estratégicos y tiempo”, dijo.

En ese punto, Garófalo hizo hincapié en que no se trata de tareas monumentales.

“La transición en las pymes es un proceso que a menudo se percibe como una tarea que requiere grandes inversiones iniciales. Sin embargo, se puede avanzar hacia prácticas sostenibles utilizando recursos existentes y realizando modificaciones menores en sus operaciones”, detalló y puso como principal ejemplo la implementación de medidas de eficiencia energética.

El director de Nativas recalcó la necesidad, una vez iniciados los procesos, de darle tiempo a las transformaciones para medir los resultados. “Hay indicadores que son clave, pero no puede medir el desempeño a un año, sino por lo menos a tres o a cinco años para ver si esa transición funciona”, detalló.

Las alimentarias de la región están entre las que pusieron en marcha cambios con proyecciones a mediano y largo plazo. La Cumbre, una empresa emblemática del sector con más de cuatro décadas en Rosario y cuatro establecimientos fabriles en todo el país, inauguró el mes pasado un gran parque solar en su planta del Parque Industrial de Alvear, en un camino decidido hacia la transición en su matriz energética.

 El proyecto, que demandó una inversión de u$s 160 mil y fue financiado por una entidad bancaria, le permitirá abastecer el 50% del consumo total de sus operaciones con energía renovable. Se trata de 186 paneles solares que permitirán lograr una reducción de 32 toneladas de CO2 equivalente, lo que implica plantar 530 árboles por año.

 La iniciativa es el resultado de “una estrategia de sostenibilidad macro, transversal, alineada con el propósito empresarial que es promover el bienestar de las personas a través de una alimentación equilibrada, que mejore la calidad de vida y contribuya a la sostenibilidad de la comunidad y el medio ambiente”, relató Virginia Alabarce, integrante del equipo directivo y gerenta de recursos humanos y sostenibilidad.

 En las proyecciones, la amortización de la inversión llegará recién en cinco años, pero afirmó que para La Cumbre terminará siendo un negocio ventajoso: la estructura de panelería solar que tiene una vida útil de 30 años les permitirá recuperar unas 1.000 toneladas de CO2 equivalente, lo que significa reforestar un área similar a 54 canchas de fútbol.

 La apuesta de La Cumbre responde a la idea del director de Nativas, quien señala una y otra vez que “la transición nunca debe verse como un gasto, sino como inversión en el mediano plazo”. Y si bien están quienes abren ese camino por convicción, también están los que son empujados por el contexto.

Ese fue el camino de la Cooperativa Agrícola Los Molinos Limitada, con más de 70 años de historia en el sur santafesino, que en los últimos años certificó buenas prácticas agrícolas y que, con la materia prima a la mano, montó sobre el concepto de triple impacto la fábrica de pastas Mulini. La planta, que funciona en el mismo pueblo, a la vera de la ruta provincial 92, fue levantada bajo conceptos arquitectónicos de sostenibilidad.

 Basada en la tradición del cooperativismo, Mulini entró al mercado con la convicción de que “el respeto con el que se trata el ambiente se refleja en el producto final”, según contó Ariadna Socca, responsable de Calidad y Desarrollo Sostenible de la cooperativa, y como lo marca la declaración de principios que da la bienvenida en su sitio web.

A la hora de hablar de las ventajas de dar el paso, si bien en cada caso los retornos más significativos son los que más se harán esperar, el especialista de EcoEtika enumeró algunos beneficios que pueden verse desde el inicio.

Para el consultor, la reducción de costos operativos por el uso eficiente de los recursos es una de las primeras ventajas, que además puede redundar en mejoras en la rentabilidad.

Ya a mediano plazo, agregó, se alcanzan otras metas: mejoras en la reputación y la competitividad. “Esto inclusive puede traducirse en un aumento en la lealtad del cliente y el acceso a nuevos mercados que valoran la sostenibilidad”, señaló Garófalo.

Recién en el largo plazo, reconoció, “los retornos pueden ser aún más significativos” y los puntualiza: “Una mayor resiliencia frente a cambios regulatorios y económicos, e incluso una disminución de riesgos asociados con el cambio climático”. Ventajas que en muchos casos y ante los vaivenes de los contextos macroeconómicos, pueden ser sustanciales y harán, en muchos casos, a la propia subsistencia del negocio.

Por EUGENIA LANGONE

Convicción y ventajas competitivas empujan el salto hacia la sostenibilidad

Una de las claves es trabajar con proveedores que practiquen la sostenibilidad.