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La calle de San Prudencio ha sido desde hace siglo y medio el epicentro cultural de Vitoria. De la mano de la Vitoriana de Espectáculos (VESA), han florecido en sus edificios el Gran Cinema y los teatros Circo, Príncipe y Principal. A pocos metros del lugar en el que su gerente, Javier Echaguíbel, recibe a elDiario.es/Euskadi para esta entrevista se proyectó un 1 de noviembre de 1896, en sesión vespertina y a través de un recién ideado ‘kinematógrafo’, la primera película que vieron los vitorianos. Era ‘Un baño de negros’. Muchos filmes y obras de teatro se han estrenado desde entonces, y, como atestiguan decenas de fotografías firmadas, en Vitoria han actuado, contratados por VESA, artistas de la talla de Irene Gutiérrez Caba, Carlos Larrañaga, Pepe Marchena y Esperanza Roy. Cuenta Echaguíbel la anécdota de que Francisco Rabal, sin preocuparse siquiera de quitarse el hábito de cura que le exigía la función, aprovechaba los entretantos para “potear” en los bares de San Prudencio. “En esta calle, el tiempo y el espacio se funden; el recorrido no es un medio, es un fin en sí mismo”, apunta Echaguíbel. Ahora, a diez años de que VESA sople las velas del centenario, a la sociedad la aguarda un futuro incierto, agravado por el impacto de la pandemia. El auge de las plataformas digitales presagia batalla y el ‘reinventarse o morir’ le parece obligado.

Entrevista