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Camine, camine. En el cruce con Eduardo Dato seguramente haya consultado alguna vez la cartelera. La instaló hace más de 90 años la familia Anitua, que compró ese imponente edificio que hace esquina para sus viviendas y para trasladar la joyería familiar, abierta hasta 2016. Adquirieron el bloque en 1925. Antes fue -quizás- uno de los mejores hoteles de España, el Quintanilla. Ya en 1892 contaba con servicio de ómnibus. Si se fija, todavía están los agujeros de una placa antigua con el nombre de la calle.

 

Si viajara atrás en el tiempo, ya vería los neones del Teatro Principal -originalmente Nuevo Teatro y que ahora sigue operativo con más de cien años- y del Gran Cinema Vesa -el edificio de oficinas Ópera-. De su existencia, de nuevo, solamente quedan los agujeros de los enganches, aunque quizás bajo la pintura moderna se puedan entreleer algunos letreros. Enfrente, el Teatro Circo, el Salón General, el Ideal Cinema, el Gran Cinema Albéniz o, más fácil, el cine Florida, como se llama en la actualidad. En esa misma ubicación, allá por 1896, se proyectó la primera película en Vitoria. En la calle ha habido también concesionarios, galerías comerciales neoyorquinas, casinos y hasta unas

piscinas de entrada casi oculta.

Bienvenido, bienvenida, a nuestro paseo por 400 metros de historia. ¡Feliz San Prudencio!

Colaboradores institucionales:

Gema Agúndez, Javier Anitua, Pedro Anitua, Iker Armentia, Carmelo Barrio, Julián Beloki, Javier Echaguíbel, María José Marinas, Mario Peña, María Quintano, Mikel Ranero, Antonio Rivera, Gorka Urtaran y Bingen Zupiria

Gracias a:

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