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Vitoriana de Espectáculos (VESA) surgió en 1931, unos días antes de la proclamación de la II República en España. Para 1951, cuando se inauguró el Gran Cinema Vesa, esta compañía ya controlaba todos los cines y teatros de la ciudad y, singularmente, los de la calle de San Prudencio, el Teatro Príncipe, el Teatro Principal y el actual cine Florida, que ha tenido muchos nombres a lo largo de la historia. Pero el Gran Cinema Vesa, el actual edificio Ópera, fue pionero doblemente. Fue el primer cine sonoro construido como tal en Vitoria –y no un teatro que ofrecía también películas- y fue el primer edificio gestionado por VESA diseñado desde el principio por la compañía.

Ya en la década de 1940, en plena posguerra, VESA manejaba algunos diseños para la parcela contigua al Teatro Principal. En 1944, Jesús Guinea y Emilio de Apraiz ya habían esbozado una idea bastante aproximada al menos de la fachada principal, cuyo elemento característico es un porche abovedado con un cuarto de esfera. Juan Carlos Centeno, en su obra ‘Los teatros y cines de Vitoria. Arquitectura para el espectáculo’, señala que “es una composición muy típica de algunos locales anglosajones de la primera época del cine” y que los arquitectos conocían, lo que pudo “haberles servido de inspiración”. Sorprende el parecido de esa entrada con las del Bijou Dream Theater de Chicago, el Saxe Theater de Minneapolis y el Walpole Picture Theatre londinense.

NEONES. Los vitorianos conocen que el edificio tiene una segunda salida, hacia la calle de los Fueros. Esta entrada tiene 10 metros por 18 de la principal, pero fue también ornamentada con una suerte de tres columnas con cristaleras opacas. La central sobresale hacia la vía pública, según Centeno, porque alojaba el sistema de sonido del cine. Arriba, estaba rematada por una especie de faro en el que se veían las letras ‘V’, ‘E’, ‘S’ y ‘A’ iluminadas con neones. “El torreón luminoso es un elemento característico de esta arquitectura, que se puso de moda en la época del cine mudo”. Tanto el Real Cinema como el Cine Callao de Madrid tenían también esos ‘faros’ atrayentes. En la entrada de San Prudencio, también había un cartel luminoso vertical similar al del Principal o al que todavía hoy se conserva de los desaparecidos cines Guridi.

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