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Tendencias para estar a a la última
pareciéndose a los cantares de gesta propios de hace un par de siglos.
Los romances han tenido un estilo común dado que: se centran en lo importante, ya que empiezan y terminan de forma brusca; se tiende a la repetición, que está teniendo mucho éxito; se suele utilizar el imperfecto del subjuntivo para referirse al pasado y al condicional, y el perfecto del indicativo para referirse al presente.
Si querías estar a la última en este siglo pasado, no te podía faltar:
Si eres hombre, un jubón acolchado con mangas rasgadas; y si eres mujer, vestidos con cola larga para grandes ocasiones.
Si tratamos las tendencias de este siglo XV, nos encontraremos con el Romancero Viejo, que surgió cuando desaparecieron los cantares de gesta y los pomas del mester de clerecía.
Durante ese tiempo, los romances se han transmitido de forma oral, pero a partir de ahora, se están empezando a recoger en Cancioneros y Romanceros.
En ellos se han tratado diversos temas, como son los históricos, en los que se alaban a héroes, como el Cid; los novelísticos, gracias a nuestra gran imaginación; de frontera y moriscos, ya que entre moros y cristianos últimamente está desapareciendo la relación pacífica que se mantenía; de Carlomagno y de los bretones, por la leyenda del rey Arturo y los Caballeros de la mesa redonda. El libro de su muerte, conocida hace unos pocos años, está siendo muy popular. Les recomiendo que se lo lean si quieren ir a la moda.
Respecto a la métrica del Romancero Viejo, lo más habitual han sido los versos octosílabos con rima asonante en los pares,