EL FUTURO YA LLEGÓ
Chat GPT 4 avanza sobre el trabajo de los brokers. Especialistas analizan los límites de la rivalidad y los roles del ser humano que la tecnología no puede reemplazar.
¿Te arriesgarías a dejar 100 mil dólares en manos de la inteligencia artificial (IA) para que decida cómo invertirlos? La pregunta no es retórica, sino real, concreta y es la que hoy realizan los brokers de todo el mundo a sus clientes, incluidos los de Argentina, que se ven seducidos por las noticias que indican que la IA es capaz de rivalizar con las decisiones de los profesionales en análisis financiero.
Una investigación de la Universidad de Chicago que analizó el rendimiento de la versión GPT 4, el modelo de lenguaje de OpenIA, pateó el tablero. El estudio reveló que a la hora de analizar los estados financieros y predecir el comportamiento del mercado, e incluso la evolución de las acciones de distintas compañías, la herramienta de IA tenía un nivel de precisión del 60% contra un rango de 53% a 57% de los brokers o agentes financieros. Aunque a priori resulte insignificante en términos porcentuales, puede representar millones si la inversión es mayúscula o de vida o muerte si el dinero en juego es el único ahorro del cliente.
Este avance vertiginoso de la IA, que incluye al sector financiero, es fruto de una acelerada sofisticación en los distintos lenguajes. De hecho, la investigación de la universidad estadounidense indica que el uso de “cadenas de pensamiento” (chain of thought) permite llegar a obtener mejores predicciones bursátiles. Esto es, ni más ni menos, que el entrenamiento de la IA para que piense como un auténtico broker y tome decisiones en ese sentido.
Sin embargo, los referentes del negocio consideran que aún hay mucho por recorrer para que chat GPT 4 u otros puedan reemplazar el trato con un ser humano, que no sólo predice sino que conoce a su cliente y también al mercado que se mueve por un combo de hechos subjetivos poco predecibles para la tecnología.
En cambio, sí consideran que la IA es una herramienta que, como todas las tecnológicas, agiliza procesos, reduce tiempos y le permite al analista financiero dedicarle una atención más personalizada a su cliente, restándole tiempo a tareas rutinarias.
“Nosotros vemos a las herramientas subyacentes o modelos de lenguaje largo como facilitadores de la comunicación o útiles para realizar ciertos trabajos de análisis, pero no todavía como una amenaza existencial a nuestro rol”, planteó Lisandro Nasini, director ejecutivo de la empresa Nasini SA, una de las líderes del mercado de capitales con sede en Rosario.
Los especialistas entienden que las herramientas de IA, al trabajar sobre datos, son hábiles y rápidas, por ejemplo, para armar una estrategia de inversión. Sin embargo, advierten que todavía no llegan a dar en el corazón del negocio, que es la tarea de predecir el comportamiento de los mercados, que en general se mueven por cuestiones de índole subjetiva.
“La conformación de los precios y la evolución de los mercados es compleja y tiene que ver con factores variables como guerras, situaciones puntuales de una empresa, expectativas. Los algoritmos hoy no son capaces de predecir el futuro”, reflexionó Alejandro Winkler, socio de AWA Capital Group, compañía con más de veinte años operando de forma combinada en el mercado de capitales y los negocios inmobiliarios.
“Las IA sí pueden ser más veloces para interpretar datos, pero no para interpretar el futuro”, agregó. “No creo que un algoritmo pueda copiar y emular portafolios de inversión a partir de un input de datos, porque no todos los que tienen 100 dólares y 20 años, por ejemplo, tienen los mismos deseos”, ejemplificó.
A pesar de los avances, que quedaron demostrados en el estudio de la Booth School of Business de la Universidad de Chicago, los especialistas consideran que, por el momento, queda bastante por recorrer para que la IA altere la industria de servicios financieros. En rigor, plantean que la interacción humana es irremplazable. “Suponiendo que la tecnología de respuestas coherentes e inteligentes, tendría que encontrar la forma de meterse en la cabeza del cliente y hacer ese match entre lo que necesita, desea, le conviene”, planteó Nasini. Aun superando esas barreras, indicó, “parte del servicio del broker es consolidar una relación humana donde el cliente suele llamar para hablar del mercado y termina hablando de otra cosa, lo que genera empatía, un valor agregado que sólo lo dan las personas”, dijo.
Los vaivenes de la economía, los cambios intempestivos en las políticas económicas y en las regulaciones que inciden en el negocio financiero, exigen una agudeza especial y una capacidad rápida para adaptarse a los cambios. Y eso requiere sensibilidad, un atributo por ahora sólo humano.
Sebastián Ferro, gerente de tecnología del grupo Matba Rofex, planteó que esta nueva versión de IA generativa, es decir los modelos de inteligencia artificial diseñados para generar nuevo contenido, tiene usos aún “exploratorios y no consolidados”. Es el caso de los denominados chatbot, señalados como asesores de inversión conocidos como roboadvisor que “sólo facilitan la tarea del broker, aumenta sus capacidades, pero no las reemplazan”, dijo.
Según su análisis facilita tareas que no agregan valor, como conocer el estado de una cartera, realizar operatoria de dólares financieros u otras de ese estilo. “Seguramente aquellos corredores que no tengan esa tecnología van a quedar rezagados en la carrera para llegar más rápido a su cliente”, dijo Ferro. Pero, aclaró, “cuando la consulta tenga cierta sofisticación, interviene el humano”.
Algunas empresas ya elaboran sus chatbot con información propia y de su cartera para armar una IA a su medida. “La industria está buscando la manera de apalancarse en esta tecnología con formatos de preguntas y respuestas, manuales de procedimientos, para dar respuestas inmediatas”, indicó Winkler.
Nasini explicó que en su empresa están trabajando en la puesta a punto de un chatbot alimentado con información propia que oficie como asistente de sus clientes. Ese proyecto está en una etapa avanzada.
“Hay aplicaciones para comprar y vender sin comisiones, pero el asesoramiento se paga, porque agrega valor”, dijo el ejecutivo. En algunos casos se utiliza IA en función de la cartera de clientes, armando mails con resúmenes de inversiones y su performance. “Esto se está explorando”, pero ahora indica Ferro “son de uso interno de las casas corredoras”.
“Facilitan muchísimo la operatividad y son muy útiles para la parte transaccional”, agregó Winkler. De todos modos, aunque “la IA pueda armar perfiles pre parametrizados (conservadores, moderados y agresivos) e incluso elaborar una cartera con determinados instrumentos, las tácticas para calibrar todo eso, testear el pulso del mercado y cumplir con los objetivos trazados requiere de un trabajo cotidiano que es difícil que pueda ser sustituido”. Nada más y nada menos que la cabeza y el corazón del hombre.
La IA o el hombre:
la nueva carrera en el mercado financiero
El uso de “cadenas de pensamiento” permite mejores predicciones bursátiles.
Por SANDRA CICARÉ
NOTA DE TAPA
Alejandro Winkler, socio de AWA Capital Group.
Lisandro Nassini, director ejecutivo de Nasini SA.
SEBASTIÁN FERRO, GERENTE DE TECNOLOGÍA
DE MATBA ROFEX
La IA generativa y la
capacidad de potenciar el trabajo de los brokers e inclinarlo a trabajar donde más peso tienen.