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Familia Anabel: 47 años generando felicidad desde los sabores

En el competitivo mundo de la gastronomía, pocas empresas logran destacarse y mantenerse vigentes a lo largo de los años. Familia Anabel es una de esas excepciones. Fundada hace 47 años por Omar Enrique Antolini, junto a su esposa María Teresa Haure, esta empresa rosarina logró consolidarse como un referente en la ciudad gracias a su apuesta constante por la calidad y la atención al cliente.

Desde sus inicios, la visión de los fundadores fue clara: crear un negocio que no sólo ofreciera productos de alta calidad, sino que también se distinguiera por su dedicación al cliente. Con esta meta en mente, la pareja comenzó su camino en el rubro inspirada en las raíces gastronómicas de la familia de María Teresa, especialmente ligadas a las panaderías. Este legado familiar despertó en ellos la pasión por la gastronomía y la determinación de convertir su sueño en una realidad.

A lo largo de los años, Familia Anabel fue creciendo de manera gradual. Los primeros pasos fueron modestos, pero con esfuerzo y perseverancia la empresa fue ganando terreno en el mercado rosarino. Con el tiempo, la segunda generación de la familia se sumó al negocio, aportando nuevas ideas y continuando con el legado de sus padres. Actualmente, la empresa cuenta con tres sucursales estratégicamente ubicadas en diferentes zonas de Rosario: en la esquina de Santa Fe y Oroño, en Eva Perón y Ambrosetti, en Fisherton, y en Vélez Sársfield 510, en el barrio Refinería.

Vale destacar también su salón Anabel Fisherton, que hoy también está posicionado no sólo para eventos sociales sino también para encuentros empresariales.

Uno de los mayores desafíos que enfrentó la empresa fue adaptarse a los vaivenes económicos y políticos propios de Argentina. Durante estos 47 años la firma atravesó diversas crisis económicas, cambios de gobierno y la pandemia de 2020, que impactó fuertemente en el sector gastronómico. Sin embargo, siempre se mantuvo fiel a su misión de ofrecer productos de calidad y un servicio excepcional.

“Siempre tratamos de estar tranquilos y de apostar. Hubo momentos en los que era necesario crecer, otros en los que era necesario achicarse, y otros en los que era crucial concentrarse en hacer nuestro trabajo bien. Pero siempre con la idea de que esto sea algo duradero y que pueda trascender cualquier tipo de economía o gobierno”, manifestó Ana Gloria Antolini, hija de los fundadores y heredera de este legado, en diálogo con Punto biz.

El boca a boca fue uno de los pilares fundamentales en el posicionamiento de la marca. Aunque la empresa contó con estrategias de marketing y colaboración de otras compañías para el desarrollo de la marca, la verdadera fuerza detrás de su éxito fue la recomendación de los propios clientes. “Nuestros clientes, con su generosidad y lealtad, han sido claves para convertirnos en parte de los momentos más especiales de sus vidas, desde celebraciones familiares hasta eventos corporativos”, destacaron.

Además de su especialidad en la panadería y confitería, Familia Anabel diversificó su oferta a lo largo de los años. Actualmente, la empresa también se destaca por su servicio de catering, que se convirtió rápidamente en uno de sus principales fuertes. Este servicio permite a la empresa llegar a más hogares y eventos, brindando una experiencia gastronómica de alta calidad. Asimismo, los locales ofrecen un espacio acogedor para que los clientes disfruten de un buen café o pasen un rato agradable en su “barcito”, como cariñosamente lo llaman.

Uno de los hitos más recientes en la historia de la firma es la mudanza de su planta productiva. Este cambio permitirá a la empresa mejorar sus procesos y ofrecer un abastecimiento más ordenado y planificado, tanto para sus propios locales como para los clientes que confían en sus productos. Este proyecto forma parte de la visión a futuro de la empresa, que busca seguir innovando y destacándose en el mercado sin perder de vista su compromiso con la calidad.

Consultados por lo que se viene, señalaron que el desafío principal de cara a los próximos meses es continuar enfocándose en la calidad y en la innovación. Con una planta productiva renovada y un equipo comprometido, la empresa está lista para seguir creciendo y ofreciendo lo mejor a sus clientes.

Como lo hicieron durante los últimos 47 años, Omar, María Teresa, y la segunda generación de la familia, están decididos a mantener vivo el sueño que los llevó a emprender este camino, adaptándose a los cambios y superando los desafíos que puedan presentarse en el futuro.

EMPRESAS CON HISTORIA

Hoy la firma cuenta con tres sucursales estratégicamente ubicadas en la ciudad y

con toda una historia para contar.

Familia Anabel fue fundada hace 47 años por Omar Enrique Antolini y su esposa,

María Teresa Haure.

Además de su especialidad en la panadería y confitería, Familia Anabel diversificó su oferta a lo largo de los años.