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Revolución Rusa (1917):

La revolución bolchevique fue una crisis diplomática sufrida por Rusia internamente, que se dio por diversos factores sociales, políticos y económicos. El gobierno zarista de Nicolás II era de carácter absolutista, pues la mayor parte de la población rusa vivía en grandes condiciones de desigualdad. Había una pequeña minoría de nobles y aristócratas quienes disfrutaban de todos sus derechos y privilegios, una industrialización y economía bastante atrasada, y el resto de la población, formada en su mayoría por campesinos, empleados y obreros, vivía a un nivel de explotación y dura subsistencia. Como se ha dicho los campesinos rusos vivían en condiciones bastante penosas, ya que la mayor suma de sus presupuestos se iban en la paga de impuestos exigidos por el gobierno.

Concretamente, lo que llevó a que el país ruso se manifestara fue lo siguiente: la aguda crisis económica que vivía Rusia incluso antes de la guerra; la falta de alimentos para la población; las frecuentes derrotas del ejército con Alemania, lo que llevó al pueblo a opinar que debían salir de la guerra; las extensas jornadas de trabajo y bajos salarios; la intolerancia e ineptitud del zar y su esposa, quienes parecían estar en contra de toda reforma que favoreciera al pueblo. Todo esto llevó al pueblo a manifestarse, exigiendo que desapareciese la explotación, que se mejorase la distribución de las tierras, se mejorara la justicia y que haya mayor igualdad en la distribución de la riqueza nacional.

Todo esto venía sucediendo desde muchos años atrás. Sin embargo, la participación rusa en la primera guerra mundial fue detonante en las disconformidades y pugnas sociales en la población civil de Rusia. Esta revolución, dirigida en 1917 mayoritariamente por obreros, campesinos y soldados, es decir por el mismo pueblo, proclamaba ideales socialistas, los cuales permitirían mejorar las condiciones de desigualdad en la población rusa. desde el inicio de la revuelta, se tomaron como bases las ideologías marxistas y leninistas. Esto llevó a la división de los partidos rusos, generando dos bandos, los Mancheviques (la minoría) y los Bolcheviques (la mayoría). Todo esto resultó finalmente a la caída del régimen zarista, siendo Nicolás II el último gobernante absolutista de la dinastía Romanov. El primer gobierno provisional, que fue bajo los Mencheviques, duro pocos meses, debido a que parecía que querían seguir la guerra contra los alemanes y a causa de que no lograron hacer ninguna reforma económica que favoreciera al pueblo y resolviera las peticiones del pueblo. Por lo tanto, se da entonces la segunda etapa de la revolución rusa, llamada la revolución bolchevique (revolución de octubre).

Esta etapa de la revolución fue dirigida por los socialistas radicales, quienes constituían la mayoría (por eso se llamaban los bolcheviques- la mayoría). Ésta se encargó de destruir completamente el antiguo régimen de desigualdades y diferencias, además de que hizo a Rusia retirarse de la guerra. Esto favoreció enormemente a la población civil rusa porque este régimen les permitió obtener y extender las tierras de los campesinos, la abolición de la propiedad privada, se dispuso la entrega de las fabricas a los obreros, el comercio y los bancos fueron también nacionalizados, entre otros.

¡IMPACTANTE!