“Faltan médicos porque escasean la vocación y la retribución económica”
Lleva 50 años de ejercicio de la medicina,
es Profesor Honorario de la UNR y uno
de los máximos referentes
en gastroenterología del país.
HUGO TANNO
HUGO TANNO
El camino profesional de Hugo Tanno empezó muy temprano. Tenía 16 años cuando se anotó en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), de la que hoy es Profesor Honorario; y 22 cuando colgó el diploma.
Solo en su consultorio hay unas 50.000 historias clínicas, pero podrían ser más del doble si cuenta las del Hospital Centenario, donde desarrolló la mayor parte de su carrera como jefe del Servicio de Gastroenterología y Hepatología.
En ese sector del hospital hay una placa que lleva su nombre. No es para menos: Tanno fue jefe de ese servicio durante décadas, pero además se puso al hombro su gestión como una causa personal. “Recuerdo que conseguimos dinero de todos lados, yo le tocaba la puerta a medio mundo y así logramos donaciones fundamentales. La verdad es que algunos me veían venir y se cruzaban de vereda”, recordó con una sonrisa. Hasta la Fundación Messi, por ejemplo, hizo una millonaria contribución que permitió “tener equipos que no están en ningún otro hospital de la Argentina”.
En Rosario fundó el Club del Hígado, un foro de médicos y científicos especializados en hepatología que se reúnen semanalmente para tratar casos especiales. Debaten, leen y realizan interconsultas.
De todas las anécdotas que recogió en su consultorio, dijo que la que se lleva para siempre es la experiencia con el primer paciente al que acompañó en su trasplante hepático. “Cuando tomás conciencia de que una práctica médica como un trasplante puede salvar vidas es muy fuerte, lo sigue siendo hasta hoy. Sobre todo porque en tratamientos prolongados uno comparte mucho con los pacientes, muchas veces llegás a considerarlos amigos. Son vidas que te importan mucho”, expresó.
Por su impronta de artífice y su sentido humano, este año fue convocado a Club Índice, el encuentro de los que marcan el camino, organizado por Punto biz. Credenciales no le faltan: además de todo lo antes citado, es miembro de la Academia Nacional de Medicina y otras decenas de sociedades científicas, muchas de las cuales ha presidido, al igual que congresos de su especialidad. Hace años recibió el reconocimiento como Médico Distinguido y Maestro de la Medicina.
Faltan médicos
La docencia es otra de sus grandes pasiones, y asegura que, para él, enseñar es sinónimo de “compartir con alegría”. “La dedicación con la que un docente comparte sus conocimientos influye y mucho en la construcción de la vocación de un alumno, porque la vocación se construye con el tiempo. Uno empieza una carrera y apuesta a que le va a gustar el trabajo, pero en realidad no lo sabe. Los maestros influimos mucho en ese compromiso con la profesión y yo tengo la fortuna de tener discípulos que me han superado a nivel profesional, lo cual es un orgullo”, había dicho el Dr. Tanno al recibir el título de Profesor Honorario.
También opinó que la falta de vocación docente incide en el déficit de estudiantes de medicina y de médicos graduados, aunque aclaró que no es la única causa. “En nuestra universidad vemos menos ingresantes que en otros años, pero además se reciben alrededor del 50% de los que se inscriben y vemos un problema de falta de profesionales que es mundial y local, especialmente en pediatría. Creo que, en parte, es por falta de vocación, pero también por la escasa retribución económica que recibe un médico graduado. Como en Europa también faltan médicos se llevan a los nuestros porque les pagan varias veces más”, contó, preocupado. Agregó: “De todas formas no creo que las bajas remuneraciones en salud sean un tema independiente de la situación general del país. En un país con la cantidad de pobres del nuestro, sería un contrasentido que los médicos ganemos muchísimo. Creo que lo que necesitamos es una mejor situación económica en general”, señaló.
Por último, aseguró que el mayor aprendizaje de su trayectoria puede servir para cualquier profesión. “Yo creo que cuando uno es joven está concentrado en poder hacer lo que uno quiere, y a mi edad yo aprendí que más que nada hay que aprender a querer lo que uno hace todos los días. A mí me encanta lo que hago”, concluyó.
CLUB ÍNDICE