La empresa familiar de Cañada Rosquín pasó de procesar 13 mil litros de leche por día en 2022 y proyecta ahora llegar a los 26 mil.
Hallaron en el queso azul una veta para crecer con agregado de valor
Duplicaron la producción, lanzaron nuevos productos, llegan a todo el país y entraron en el canal de los grandes supermercados.
ALLOA VANGUARD
ALLOA VANGUARD
Desde Cañada Rosquín, la láctea santafesina Alloa Vanguard viene creciendo en base a la producción de leches enriquecidas en grasas y proteínas, que aseguran un mejor volumen en su reconocido queso azul. Se trata de una empresa familiar que dos años atrás apostó a duplicar sus volúmenes de producción. “En 2022 procesábamos 13.000 litros de leche por día, y en 2023 el promedio fue 20.000 litros diarios. La idea es llegar a 26.000 litros y mantenernos en ese número. Queremos mejorar el precio del kilo, más que sumar volumen”, indicó Franco Cassina, al frente de la compañía.
Para darle una vuelta de tuerca al agregado de valor, los Cassina lanzaron una línea premium, apalancada sobre dos productos estrella: Piemont, un queso cremoso y picante, similar a la receta italiana del queso gorgonzola, y un Queso Azul Ahumado con chips de cerezo Nada de ahumado en polvo: en la fábrica santafesina se ahuma con los chips traídos del Alto Valle de Río Negro.
La línea delicatessen es la llave para alcanzar las metas. “Nuestros productos se venden de Ushuaia a La Quiaca. Nos posicionamos en los canales de proximidad, sobre todo comercios pequeños que apuntan a líneas premium. Pero ahora avanzamos con las grandes cadenas”. De hecho, consiguieron cerrar acuerdos de comercialización con los supermercados Coto, Jumbo y Chango Más, un canal que les permitió apechugar en un 2024 marcado por la caída del consumo. También montaron un centro logístico en Rosario para atender de cerca el mercado regional.
Otra clave pasó por el negocio de exportación. Si bien la planta de la empresa fue diseñada bajo estándares internacionales con la asesoría del Inti Rafaela, Alloa Vanguard realizó un fuerte trabajo de adecuación de infraestructura para certificar normas de calidad HACCP, requeridas para el comercio exterior. La idea es atacar por los mercados más cercanos: Uruguay, Brasil, Paraguay y Chile. “En diciembre nos vamos a convertir en el primer tambo certificado por Iram por buenas prácticas y tecnificación. Gracias a ello vamos a poder despachar el primer envío a Uruguay”, destacó Cassina.
Para sostener el crecimiento avanzaron con la infraestructura: sumaron cámaras frigoríficas y automatizaron el envasado de productos. Los proyectos que están en marcha incluyen la incorporación de una tina quesera, y la ampliación de en unos 400 m2 de las cámaras frigoríficas en la planta de Cañada Rosquín. Mientras tanto, siguen sumando quesos premium a su línea que se comercializa en todo el país.
Otro negocio viene avanzando de la mano de una alianza entre científicos del Inta y Alloa Vanguard. Se trata de un bioestimulante para cultivos fabricado en base al suero de leche que se obtiene durante el proceso de fabricación de quesos. Los Cassina hicieron una primera prueba casera en 180 macetas en su predio, y luego un equipo de investigadores se puso a evaluar la viabilidad del proyecto. En caso de que el desarrollo llegue a buen puerto, la idea es, dentro del predio de la compañía, construir una nueva planta específicamente con este destino.
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Los hermanos Franco y Leandro Cassina son la tercera generación al frente de Alloa Vanguard, una pyme que creció a pulmón. “Esta historia empezó con mi abuelo, que como buen inmigrante empezó con una mano atrás y otra adelante, comprando campos con hipotecas y montando el tambo. Mi viejo, que creció en ese tambo, apostó para armar la fábrica y se animó a tomar empleados. Cuando yo me recibí de ingeniero, en 2012, liquidaba 7 sueldos con mi computadora. Hoy somos 47 personas en este equipo”, contó Franco.
Alloa Vanguard atiende varias unidades de negocios en un complejo productivo que totaliza 700 hectáreas, de las cuales la mitad están destinadas a la agricultura (tienen cultivos de soja, maíz, trigo, sorgo y girasol) y la otra mitad al tambo y la fábrica de quesos, que producen 8.000 litros de leche por día y 45 toneladas de queso al mes, respectivamente. La explotación tambera se realiza en un tambo localizado a diez kilómetros de la usina y posee 400 vacas de ordeño. Los animales poseen genética holando cruzada con jersey neozelandés, con mayor tenor graso y proteína, lo que optimiza el rendimiento. Además del sello propio, producen para otras 28 marcas.
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que creció desde el pie