“Las claves son innovar, crear buenos equipos
y forjar alianzas”
El socio fundador de AFG Ingeniería, Bionbax y Alimentos Yrigoyen arrancó de cero y hoy desarrolla soluciones tecnológicas para el mundo.
GABRIEL FERNÁNDEZ
GABRIEL FERNÁNDEZ
Si lo convocaran de TEDx para contar su historia como emprendedor, Gabriel Fernández acumularía buena cantidad de reproducciones en YouTube. Nació en Yrigoyen, un pueblo de poco más de 1.000 habitantes del departamento de San Jerónimo, en una familia de contratistas rurales que lo llamaron a trabajar en el campo apenas terminó la primaria.
Con 12 años, fue firme en la oposición: quería ir al secundario y lo hizo, pero tuvo que trabajar para costear los traslados al pueblo vecino, donde quedaba el colegio. Título en mano, se mudó a Rosario con dos pesos en la billetera para estudiar ingeniería, una carrera que dejó a medio camino para dedicarse a su emprendimiento: había vendido su moto de 150 cilindradas para fundar AFG Ingeniería en un pequeño galpón alquilado.
Actualmente dirige tres empresas cuyo denominador común es la innovación: AFG desarrolla soluciones tecnológicas para la industria automotriz mundial (de hecho, acaba de enviar un equipo de técnicos a la planta de una multinacional líder en Norteamérica para que integren varias estaciones de trabajo para la fabricación de un vehículo eléctrico). “Estamos desarrollando soluciones para el almacenamiento de pallets inteligentes e intralogística”, adelantó Fernández
Bionbax, la compañía que fundó en Roldán junto a Ezequiel Sala, es pionera en Latinoamérica. A principios de 2025 comenzará a producir pellets de un polímero biodegradable (o bioplástico) a partir del cultivo y engorde de bacterias, que proveerá a la industria del packaging y los descartables.
A la tercera pata de su imperio la instaló en su pago natal: con Alimentos Yrigoyen se puso al frente de la tecnologización del viejo molino harinero del pueblo. “Estamos duplicando la planta a finales de año con la meta de consolidar mercados internacionales”, afirmó Fernández.
“Lo que nos permitió crecer es invertir en tecnología e innovación, formar equipos competitivos que hagan foco en el conocimiento y forjar alianzas con empresas que nos han potenciado”, resumió.
Promotor de la “nueva escuela”
Como empresario es un defensor de la velocidad de acción. Por eso, aunque intentó integrar cámaras industriales de la región y aportar a una construcción colectiva desde esos espacios, terminó desistiendo: la burocracia de las asociaciones y entidades no van con su estilo.
Ese punto disparó el debate en uno de los encuentros de Club Índice: “Creo que todos los empresarios queremos que Rosario defina su horizonte: ¿queremos ser una ciudad industrial, turística, o cultural? Disentimos en las formas: hay quienes piensan que el canal para definir el horizonte son las entidades y cámaras, y también hay una nueva escuela de hombres y mujeres de negocios que queremos estructuras más ágiles y modernas”, opinó Fernández.
Consultado por Punto biz, se mostró confiado en la competitividad de diversos sectores industriales de Argentina. Según él, la reciente baja de precios en materias primas como el plástico y el acero, sumada a las nuevas normativas gubernamentales, pueden tener un nuevo impulso. “Sectores como el metalúrgico y el plástico tienen una gran oportunidad para competir en el mercado regional”, aseguró.
También subrayó el potencial del conocimiento. “El futuro del país dependerá de la inversión en tecnología aplicada a minería y petróleo”.
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