“La migración a los suburbios que aceleró la pandemia tocó su límite
Cofundó una constructora que lleva 40 años en el mercado e impuso tipologías de vivienda que dejaron huella en Rosario.
ÁNGEL SEGGIARO
ÁNGEL SEGGIARO
Ángel Seggiaro no es oriundo de Rosario sino de Marcos Juárez, Córdoba. Llegó para inscribirse como estudiante de arquitectura y cimentó su vida en la ciudad, a la par que moldeó el paisaje rosarino al frente de su desarrolladora, Fundar.
La empresa que cofundó junto con Daniel Verger y Jorge Carpman, compañeros de cursado en La Siberia, fue pionera en la construcción de condominios, una tipología de vivienda planteada como un híbrido entre una casa y un departamento que leyó muy bien la demanda del mercado a mediano plazo.
“Cuando en 2010 empezamos con Condominios del Alto nos decían que estábamos construyendo un Fonavi de lujo”, recordó Seggiaro en una entrevista con Punto biz. El proyecto sumó varias etapas, vinieron otros de ese estilo, y los colegas se subieron al “boom condo” en Fisherton y en la zona de barrancas de Costanera Norte.
Luego, Fundar invirtió para llevar a cabo Arboria, proyecto que se extiende en 18 has y al cual Seggiaro considera como la mayor urbanización en desarrollo en Rosario y la región. También apostaron a la innovación en diseño con Ciudad Industria, un parque industrial con un perfil diferente al tradicional.
Un foro que no hace mutis
Al margen de su veta empresarial, desde hace tiempo Seggiaro le dedica energía a la vida dirigencial: es vicepresidente segundo de la Asociación de Empresarios de la Vivienda de Rosario (AEV) y es miembro activo del Foro de la Vivienda. Desde allí se mete en las discusiones que atañen al vínculo entre los privados y la ciudad, y por eso fue uno de los invitados a Club Índice, la movida organizada por Punto biz que reúne a santafesinos destacados por su quehacer cotidiano, experiencia de vida y trayectoria.
“Nos reunimos en el Foro de la Vivienda porque los privados no queremos esperar soluciones mágicas de parte de un Gobierno sino aportar opiniones y datos; y ser escuchados. Cada institución que participa del foro (la cámara de la construcción, el colegio inmobiliarios o de arquitectos o AEV, entre otras) tiene datos de calidad y estadísticas, la idea es que sirvan para decidir dónde desarrollar infraestructura”, contó y aclaró que quieren “ser escuchados antes de que las normas salgan a la luz”.
Estudioso de las maneras de consumir y habitar, Seggiaro puso la lupa sobre la expansión de Rosario. Para el desarrollador, la tendencia que impulsó con fuerza la pandemia de la ciudad al campo “ya se está equilibrando”.
“Creo que fue una tendencia sin una perspectiva histórica durable”, analizó, y se explayó: “Lo que hizo la aparición abrupta del trabajo remoto fue acelerar un ciclo: rápidamente la gente se movió hacia lugares que permitan una vida más cerca de la naturaleza, pero hoy esa tendencia ya está viendo sus límites. Aparecen los compromisos escolares, los padres con necesidades de salud, las empresas que ajustan modelos híbridos de trabajo. Además el campo es finito, nadie se va a vivir a 100 km de Rosario. Yo creo que cuando alguien viva a una hora y media de la escuela de los chicos o la casa de los suegros, solo se impone un freno al éxodo. Ya se está viendo la vuelta de muchos de los que se fueron”.
La velocidad del cambio es un desafío para el desarrollador ¿Dónde y cómo van a querer vivir los compradores sub 40? “Le tenemos que buscar la vuelta porque un proyecto que no se habita es mal negocio”, concluyó.
CLUB ÍNDICE