ZOUK MAGAZINE (Versión en Español) NÚMERO 2 | Page 129
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El fuego hizo que el hombre fuera más
homo sapiens y menos simio. O sea, menos
bestia y más humano. Su adquisición y
dominio, a decir de los expertos y lo
sabios, es sin duda uno de los hechos
fundamentales de nuestra evolución
como especie, aunque muchos viven
plenamente convencidos
de que ha sido el smartphone.
Esa necesidad de contar y de escuchar hizo
que a partir de ese momento las hembras
se dejarán cubrir con más facilidad por un
macho que contara cosas y que entendiera bien el mundo, que no por uno que no le
pusiera poesía a la vida. Además, para poder explicar cosas, y a poder se interesantes, se necesita un lenguaje complejo y, por
tanto, podemos decir que el fuego retroalimentó la evolución del lenguaje.
El fuego nos descubrió y nos cambió para siempre y nunca hemos dejado de cocinar directamente sobre las llamas o las brasas, para demostrar la importancia que este
acontecimiento tuvo, asi que las brasas son
un software bien instalado en nuestra memoria evolutiva: los espetos de sardinas
frescas en la costa de Málaga, las escalivadas y calçotadas catalanas, la picanha brasileña, la carne en vara en Venezuela y, claro está, las barbacoas.